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Friday, October 08, 2004

Diario de los Playoffs, Día 3 

Extraño mi Walkman.

Hace un poco más de tres años que un loco (y cuando digo loco es en serio) que solía hacer algunas tareas para mi mamá, como limpieza del jardín y esas cosas, decidió llevarse del apartamento donde vivo actualmente un Walkman que tenía conmigo un buen tiempo. Como gran parte de mi vida productiva ha sido trabajando en Santo Domingo, el Walkman siempre fue un compañero fiel en las más de tres horas que debo permanecer entre autobuses y carros públicos viajando de San Pedro de Macorís a la capital y viceversa. En un momento de mi vida en el que por decisión no-propia no estaba trabajando ya en Santo Domingo, la cuerda y rabia inicial de perderlo (en ese momento el loco de que les hablé no era un sospechoso potencial) se quedaron simplemente ahí, y como yo ya no estaba viajando, no sentí la perdida del Walkman.

Al retornar a mi ciclo habitual de viajes, decidí cambiar el Walkman por la lectura, como una forma de aprovechar mejor el tiempo (honestamente siempre termino durmiéndome en la guagua, pero eso es otro cuento) y jamás he vuelto a sentir la necesidad de comprar otro Walkman, aparte de que están horrorosamente caros.

Nunca sentí la necesidad hasta ayer.

De vez en cuando tengo la suerte de encontrar un autobús con televisión en mis viajes, y cuando salí de mi trabajo con el juego de los Astros y Bravos 2-0 en el cuarto inning, traté de asegurarme en encontrar uno de esos autobuses. En efecto, en la línea en la que no suelo viajar vi aparcado uno de esos y por el cristal delantero noté que los pasajeros estaban mirando hacía el televisor, muy atentos, otra cosa que no podía ser sino el juego de Astros y Bravos en CDN.

Sin pensarlo dos veces (y sin asegurarme que en verdad era el juego lo que estaba en pantalla) me apresuré a comprar el boleto y a prepararme a disfrutar del juego.

Simplemente para descubrir al montarme que lo que tenía tan entretenidos a mis compañeros de viaje era “The Matrix” grabada en VHS del cable y de TNT, y en español, para colmo.

Les repito que es el momento en que más he extrañado mi Walkman en los últimos tres años.

Astros vs. Bravos

Una pena porque este sí que fue un buen juego de pelota. Para el momento en que llegué a la casa, el juego estaba empate a dos en el décimo inning y los Astros tenían a Morgan Ensberg corriendo en segunda y Eric Bruntlett en el home. John Smoltz transfirió a Bruntlett pero ponchó a Jason Lane en un turno en donde este ultimo no tuvo muchas oportunidades ante Smoltz.
Danny Miceli relevó a Brad Lidge y retiró a los Bravos sin problemas en la parte baja de la entrada, y entonces Bobby Cox se vio precisado a sustituir a Smoltz – que ya había tirado tres entradas – por Antonio Alfonseca.

El Pulpo no hay dudas que ha tenido una temporada decente, pero la idea de verlo enfrentarse a Carlos Beltrán, Jeff Bagwell y Lance Berkman en un extra innings supongo que provocó una ansiedad terrible en los fanáticos de los Bravos.

El asunto es que Beltrán – tal y como comentamos ayer – está visiblemente afectado por el pelotazo en el costado, y no era el mismo hombre ayer del primer juego. Igualmente la mosca que siempre pica en octubre y roba todos sus poderes a Bagwell, Craig Biggio y compañía, se presentó de nuevo al Turner Field ayer. Los primeros cinco hombres del lineup de Houston – responsables de la victoria del miércoles – apenas batearon de 21-2 en el juego de ayer jueves, y la pregunta es: ¿Como rayos los Bravos embasaron dieciséis corredores en el juego y tuvieron que jugar once innings para agónicamente ganar este juego?

Como no pude ver el juego completo, parte de las respuestas las encontré revisando el play by play del mismo.

El espíritu de Gene Mauch una vez más hace presencia en los playoffs, y los managers se transforman, y se convierten en más conservadores de la cuenta (no al revés, como escuché decir anteayer en televisión a un amigo. Los managers se hacen más conservadores en octubre, no más agresivos) como tratando de evitar algún tipo de critica por no hacer las cosas mecánicas de las que habla el famoso (y a veces nefasto) “librito”.

En el octavo inning perdiendo por una después de un infield hit de J.D. Drew este se va al robo de segunda base y es hecho out perdiendo los Bravos un corredor y dejando las bases limpias con un out. Obviamente al Chipper Jones estar jugando “manco” se podría intentar justificar la decisión, y más siendo home club (ya saben, el cliché de que “home club juega para empatar” y bla, bla, bla) pero entonces, ¿Qué diantres hace Chipper todavía de cuarto bate?

Refiriéndonos a la matriz de Carreras-Outs para este año, nos encontramos con el iluminador dato que cito a continuación:

En situación de corredor en primera y sin outs, se espera que un equipo termine el inning anotando 0.92 carreras

y

En situación de bases limpias y un out, se espera que un equipo termine el inning anotando 0.286 carreras

Cual alternativa es mejor de las anteriores se las dejo de tarea. Por supuesto, aunque Cox no lo sabía en ese momento, su decisión estaba en términos prácticos matando un rally en ese mismo instante que debió haber decidido el juego para su equipo. Chipper recibió bases por bolas eventualmente, Estrada conectó hit y entonces LaRoche dio un doble que empujo solamente una carrera, en vez de dos.

Al final Rafael Furcal terminó con las miserias de los Bravos en el inning once con su jonron decisivo. Y por cierto, en ese instante yo había cambiado el canal a la transmisión de ESPN en donde los comentaristas eran David Justice, Jeff Brantley y Dan O’Brien. Un ex - pelotero en cabina siempre es preludio de transmisiones, um, “entretenidas” y en este caso, Justice y Brantley son dos de los mejores en el aspecto de la “entretención”. Con Charles Thomas en segunda – la carrera del triunfo – un out y Furcal en el home, Brantley se apresuró a decir que Furcal lo que debía buscar era “hacer contacto y dirigir (por no encontrar una traducción feliz para “slap”) la pelota hacia el lado opuesto del terreno.

¿Dirigir la pelota hacia el lado opuesto con un corredor en segunda que significa el gane y un out? Parece que Brantley (ó yo) estaba viendo un juego distinto. Furcal lo que tenia que tratar de hacer era buscar un pitcheo para darle con todas sus fuerzas a la pelota y empujar la carrera. Pura y simplemente.

Afortunadamente para los Bravos Furcal no puede escuchar las tonterías que a veces se dicen en cabina, y al primer pitcheo que él entendió era bueno, le tiró con todas sus fuerzas a la pelota y se acabó el juego.

“Slap??? Slap this !!!” como luego dijo en tono de burla Dan O’Brien.

Los Bravos están bastante vivos, y como yo presentía, esta serie se puede tornar muy cerrada en lo adelante. Para mañana los Astros entran en la etapa de “dos días de lluvia” de su rotación con Brandon Backe. Backe lanzó bastante bien entre Septiembre y octubre, e igualmente mucho mejor en su casa (4-1-2.61 en 38 IP, 13 BB, 32 K) que en la ruta. Por su lado los Bravos van con John Thomson, quien recordarán ustedes, abandonó su salida del sábado después de tres innings por rigidez en la espalda, y tuvo que ser movido al tercer juego de la serie en vez del primero.

Los Astros deben retomar la ofensiva que enseñaron el primer día para tener chance, no solo en el juego, sino en la serie. El problema ahora de Beltrán le complica mucho las cosas a Houston, y ojala para ellos que el día de descanso, y probablemente algunos analgésicos y antiinflamatorios puedan ayudar al jardinero central a sentirse mejor.

El juego es clave para ambos equipos, obviamente, pero los Astros van a tener cierto sentido de urgencia, pues ellos son los que tendrán que usar a Roger Clemens con poco descanso, ó en su defecto a Peter Munro para el cuarto juego.

Dodgers vs. Cardenales

Me perdonan pero no estoy de animo para entrar en demasiados detalles en este juego por razones obvias. Los Dodgers tuvieron oportunidad de haber anotado por lo menos siete u ocho carreras para el cuarto inning, pero por mala suerte, después de colocar en las bases nueve hombres en las primeras cuatro entradas, eso solo sirvió para tres carreras, inexplicablemente todas producto de jonrones solitarios.

Caramba, ¿No pudo uno de esos jonrones ser conectado en otro tipo de momento en el juego, como por ejemplo los dos jonrones de Shawn Green y Milton Bradley, conectados exactamente en el momento menos apropiado del cuarto inning?

Y ni hablar del momento en que el juego (y posiblemente la serie) habló, cuando Steve Finley, en tres bolas sin strikes, y Cal Eldred con absolutamente nada en la bola, apenas pudo sacar un inofensivo fly en tres y dos a Jim Edmonds.

Los Dodgers igualmente eligieron un momento muy inapropiado para jugar mala defensa – los Dodgers fueron el mejor equipo defensivo del béisbol este año – y Jeff Weaver, quien parece el individuo más infeliz del mundo cuando está lanzando, simplemente estaba en uno de esos días que los fanáticos de los Yankees recuerdan, y no de forma agradable.

Jim Tracy no debió de permitir que sus miserias se prolongaran en el fatídico quinto inning, y era preferible traer a Duaner Sánchez después que Rentería le conectó el hit, que finalmente derrumbó a Weaver. Un equipo en urgencia de ganar un juego como los Dodgers, y con una rotación sumamente dudosa, debió ser más agresivo en esa situación.

Las pocas esperanzas azules están en la persona de José Lima, y en el hecho de que los Dodgers juegan muy bien en Chavez Ravine. Lamentablemente, la fila de asesinos de San Luis no parece estar en una mala semana, y puesto que su rival ha decidido mantener los bates en la nevera, es poco probable que esta serie retorne a San Luis.

Mi venganza de 1985 tendrá que esperar un poco.










Thursday, October 07, 2004

Diario de los playoffs, Días 1 y 2 

Inicio esta columna con una confesión que hacerles. En mi lugar de trabajo un grupo de amigos han organizado una especie de pool en donde uno debe predecir el resultado de cada una de las series, incluso avanzando hasta la Serie Mundial, y de paso seleccionar el jugador que uno considera será determinante (entiendase el MVP) para cada equipo en las series. Mis amigos diseñaron un sistema ponderado de puntuación, de acuerdo al ganador, numero de juegos de la serie, e incluso unos bonos relacionados con el MVP y todo eso.

De mas está decirles que en mi condición de “mini-celebridad” que sale en televisión y habla de pelota y todo eso (bromeo, claro) fui invitado a participar en el juego, al cual se ingresa aportando una pequeña y modesta suma de dinero, en donde el primer lugar recibe el 70% del fondo y el segundo el 30%.

Mi confesión es que yo no pude hacerlo. Es decir, sí envié mi “pool” a los organizadores, pero no pude irme en contra de los Dodgers, habiendo dinero envuelto. Verán ustedes, el “analista” en mí sabe perfectamente que los Dodgers no son los favoritos en una serie en contra de los Cardenales, pero el “niño de siete años que todavía odia a Graig Nettles y los Yankees por 1977 y 1978” en mí tiene esperanzas de que los Dodgers ganen la serie en cinco.

A pesar de lo del martes.

Este es el “pool” que hice para la apuesta, pero que obviamente no es oficial por que no pude ir en contra de los Dodgers por el vil mercurio, ó la satisfacción de que una predicción resulte correcta. Puedo perfectamente vivir equivocándome en el análisis y sin algo de dinero extra. Conste que está hecho con el corazón y no con la mente:

Dodgers vs. Cardenales : Dodgers en cinco
Astros vs. Bravos : Astros en cinco
Medias Rojas vs. Serafines : Medias Rojas en cuatro
Mellizos vs. Yankees : Mellizos en cinco

En las series de campeonato,

Dodgers vs. Astros : Dodgers en siete (je, je)
Medias Rojas vs. Mellizos : Medias Rojas en siete

Y en la Serie Mundial,

Dodgers vs. Medias Rojas : Medias Rojas en seis.

Es del corazón, insisto.

Pasando a cosas más serias...


Día uno

Dodgers vs. Cardenales

Pude ver las primeras dos entradas de este juego, y lo que observé de Odalis Pérez me gustó, especialmente lo mal que hizo lucir a Larry Walker en su primer turno, aunque inmediatamente después vino el estruendoso jonron del mejor bateador de Grandes Ligas no apellidado Bonds. Odalis pudo salir ileso de hombres en base en las primeras dos entradas, pero el tercer episodio fue peor que fatídico para los Dodgers, especialmente si tomamos en cuenta que ya habían dos outs en la entrada.

Quienes vieron el juego me cuentan que el rostro de Odalis se fue transformando poco a poco, y de una expresión facial que exudaba confianza plena en los primeros dos innings cambió a una de frustración e incredulidad.

Walker, Pujols, Rolen, Renteria y Edmonds.

La fila de asesinos de San Luis puede hacer eso con la psiquis de un pitcher.

Para todo fin practico el juego terminó en ese preciso instante para los Dodgers cuya ofensiva continuó teniendo los mismos problemas de la ultima semana de la temporada en la cual solo batearon .188/ .282/ .284 (Avg./ OBP/ SLG), promediando 3.9 carreras por juego, y eso incluye las siete del juego milagroso del sábado.

Mi escenario mental en el que los Dodgers pueden sorprender a los Cardenales en la serie va enteramente ligado de la mano a que estos puedan aprovecharse de los eficientes, pero no espectaculares lanzadores abridores de los Cardenales, y que sus propios abridores puedan llevar el juego con ventaja al ultimo tercio a las manos de Yhency Brazobán y Eric Gagné.

Si los Dodgers no pueden batear, 1988 seguirá siendo el ultimo momento en el que la franquicia haya podido ganar una serie de post-temporada.

Medias Rojas vs. Serafines

Joe Sheehan apunta en su columna “Prospectus Today” en www.baseballprospectus.com que si los Angelinos se hubieran enfrentado a cualquier otro de los seis equipos en el playoff, él los hubiera considerado como favoritos en al menos cinco de las series.

Completamente de acuerdo.

El problema es que los Angelitos se las van a tener que ver con el que en este momento se podría argumentar es el mejor equipo del playoff, los Medias Rojas de Boston.

Como era de esperarse, Jarrod Washburn no pudo detener por mucho tiempo la avasallante ofensiva Bostoniana, y ya para el cuarto inning el juego estaba ocho a cero. Obviamente el error de Chone Figgins – quien es un tercera base de oído, y a quien Scioscia debería tener jugando en segunda con Dallas McPherson en tercera – le puso las cosas peores a Washburn, pero ya este tenía tres carreras en las costillas en menos de cuatro innings.

El resto es historia, pues con una ventaja semejante Curt Schilling apretó el botón de “Cruise Control” y llegó hasta el séptimo, en donde hubo que sacarlo (como siempre) a regañadientes, y en donde por cierto estuvo a punto de lastimarse severamente su tobillo lesionado, en una entrada donde uno se pregunta que hacía él en el montículo con un juego ocho por una.

En total los Medias Rojas conectaron once hits, recibieron seis bases por bolas, conectaron dos jonrones, dos dobles y anotaron nueve carreras. No se sacrificaron ni una sola vez, y apenas se robaron una base en un momento en que el juego estaba 8 a 3.

No es la forma en que a los comentaristas Dominicanos les gusta que los juegos se ganen, pero sigue siendo la forma más eficiente y destructiva.

Mellizos vs. Yankees

Johan Santana.

Gracias por haber venido, manejen con cuidado y tengan feliz resto de la noche.

En realidad todos los que vimos el juego sabemos que Johan Santana no lanzó como JOHAN SANTANA, pero el Venezolano está en un momento tan excepcional – sin dudas una de las mejores rachas de pitcheo de los últimos veinte años, y quizás de la historia - que aun no estando en su mejor noche, aplacó una de las mejores ofensivas del béisbol. Y en Yankee Stadium.

La defensa fue la mejor aliada de Santana en el juego, y con la ayuda de cinco dobles matanzas – incluyendo dos corredores hechos outs en las bases – y un par de buenas jugadas defensivas de sus atléticos outfielders, pudo sortear los diez corredores que los Yankees pusieron en circulación contra él.

La clave de esta serie para los Mellizos consiste en que sus dos buenos abridores – Santana y Brad Radke – puedan mantener a raya a los Yankees, darle el juego al profundo y efectivo bullpen encabezado por Joe Nathan, Juan Rincón y J.C. Romero y buscar la forma de anotar algunas carreras ante el pitcheo abridor de los Bombarderos, que es su principal interrogante al llegar a estos playoffs.

Una importante victoria para los Mellizos, que aseguran salir del Bronx con la serie empate, y entonces buscar la forma de eliminar a los Yankees en sus dos juegos en el Metrodome.

Día dos

Astros vs. Bravos

Roger Clemens no pudo abrir el juego del domingo – en donde los Astros aseguraban con una victoria su pase a playoffs – debido a un fuerte virus estomacal e incluso estaba tan deshidratado que tuvieron que pasarle suero. Como los Astros pudieron vencer a los Rockies el domingo, la ausencia de Clemens les favoreció, pues automáticamente eso lo convertía en el pitcher del primer juego de la serie. Pero el asunto es que los reportes indicaban que Clemens había llegado a Atlanta con evidentes signos de decaimiento, y por ende las dudas sobre su nivel de efectividad en el juego afloraron.

Estuvimos haciendo el juego por televisión en CDN, y desde el principio pudimos notar que El Cohete no estaba precisamente en su mejor día. No tenía mucho comando de su bola rápida – evidenciado por las seis bases por bolas – y afortunadamente para él, en varías ocasiones el split-finger y el cambio de velocidad lo ayudaron a conseguir outs importantes en medio de amenazas de los Bravos.

En el tercer episodio los Astros pudieron atacar a Jaret Wright – siempre es una señal muy ominosa para un pitcher que Brad Ausmus le conecte un jonron – con cuatro carreras y un par de vuelacercas. La ventaja de tres le dio un poquito de respiro a Clemens, quien no obstante batallando en el montículo con el malestar, llenó las bases por transferencias en el final de ese mismo inning, y cuando estaba a ley de una cosita para explotar, se fajó con Charles Thomas consiguiendo un ponche importante. En la entrada siguiente los Bravos embasaron dos hombres más, pero Clemens dominó a J.D. Drew, quien buscando bola rápida temprano en la secuencia, hizo swing al primer lanzamiento – un pitcheo del pitcher – una bola en los puños, fallando con un fly al propio Clemens. Después de tirar un wild-pitch Clemens procedió a dominar a un Chipper Jones manco con rodado al short, y en ese momento el juego de pelota había hablado.

Los Bravos dejaron siete corredores en posición anotadora en todo el juego, mientras Clemens se repuso un poco, y lanzando con una ventaja cómoda, llegó incluso a completar siete entradas.

Carlos Beltrán, en su primer juego de playoff, fue uno de los hombres claves a la ofensiva, en donde los primeros seis hombres del lineup produjeron doce de los trece hits, y ocho de las nueve carreras. Beltrán conectó el jonron que sacó completamente de juego a Atlanta, corrió las bases de forma impecable, pero lamentablemente su costado derecho se encontró en la misma ruta de una bola rápida de Juan Cruz, y a pesar de que se mantuvo en juego hasta el final del inning, fue removido, y su status para el segundo juego es cuestionable.

De más está decirles que Carlos Beltrán es una pieza fundamental en el engranaje de los Astros – ofensiva y defensivamente – y su ausencia de juego, ó presencia en juego lastimado, es un daño significativo para Houston.

Los Astros van hoy ante Mike Hampton, quien ganó ocho de sus ultimas nueve decisiones en la segunda mitad de la temporada. Los Astros no tienen una diferencia de platoon notable ante pitcheo zurdo - .762 OPS vs zurdos y .782 vs. derechos - y eso se debe a que su ofensiva esta cargada de bateadores derechos, en donde solo sobresalen Beltrán y Lance Berkman – ambos ambidextros – como alternativa.

El asunto es que Hampton tuvo una diferencia de platoon notable ante derechos y zurdos - .300/ .362/ .428 los derechos y .253/ .293/ .342 los zurdos. Los últimos tres años la diferencia se mantiene igual : .291/ .358/ .422 vs. .272/ .336/ .405 por lo que evidentemente no estamos ante un fenómeno aislado. Si Beltrán finalmente no juega, Phil Garner tiene una excelente alternativa en Jason Lane, quien ya conectó jonron en el juego de ayer sustituyendo a Beltrán.

Este es un juego clave para los Bravos – obviamente – y tendrán que vérselas ante el único ganador de veinte juegos de la liga, Roy Oswalt, un excelente pitcher, y posiblemente más difícil que Clemens, pues Oswalt está saludable hasta donde se sabe.

Decía yo ayer en televisión que la clave para los Astros es buscar la forma de que la mayoría de las entradas de esta serie queden en manos de la parte frontal de su staff de lanzadores, me refiero a Clemens, Oswalt y Brad Lidge desde el bullpen. El haber dejado a Clemens completar siete entradas (y bajo condiciones adversas) prácticamente elimina la posibilidad de que Garner use una rotación de solo tres, entrando en el baile Peter Munro para el cuarto juego. Una victoria hoy con Oswalt le daría mucha comodidad a Garner, quien ya no estaría tan presionado al eliminar del escenario un posible cuarto juego de eliminación con Peter Munro en el box.

Una victoria de los Bravos les devolvería sus esperanzas en la serie, de lo contrario, no se puede descartar una barrida de Houston.


Mellizos vs. Yankees

Si usted le hubiera preguntado antes de iniciar esta serie a cualquier fanático de los Mellizos (ó anti-Yankistas, por igual) si les gustaría salir del Bronx con la serie empate, probablemente le habría contestado afirmativamente. El asunto es que, después de haber ganado el primer juego con Johan Santana, no dudo que el deseo de todo el que va a Minnesota era salir 2-0 en vez de empate.

Y los Mellizos tuvieron en sus manos esa oportunidad, pero la desperdiciaron.

Luego de haberse repuesto de una salida mediocre de Brad Radke (quien anoche tenia activa su bola de jonron) y haberle empatado un juego nada menos que a Mariano Rivera, los Mellizos no pudieron aprovecharse debidamente de la presencia en el box por dos entradas y dos tercios de Tanyon Sturtze y su promedio de carreras limpias de 5.47.

Claro que la gran pregunta que se hace todo el mundo hoy es ¿Por qué Ron Gardenhire dejó a Joe Nathan un tercer inning de trabajo, y si estuvo correcto hacerlo?

En este caso, como le dije hace un rato a uno de mis amigos y compañeros de trabajo, yo debo ser leal a mis principios, y decirles que la decisión de Gardenhire no fue tan terrible como hoy parece. Lo de leal a mis principios viene de que yo entiendo que uno de los peores ejemplos de manejo de recursos en el beisbol de hoy se verifica con los llamados cerradores en particular, y con el bullpen en sentido general.

Tony LaRussa se le ocurrió hace quince años usar a Dennis Eckersley solo en situación de juegos salvados, y solo por una entrada, y ante el éxito de Eck, todo el mundo convirtió la practica en regla, y allí inició la transformación del bullpen y la creación de la bestia que hoy conocemos como “EL CERRADOR”.

Rich Gossage en los setenta tiraba más de cien entradas y se conformaba con salvar 20 ó 25 juegos, pero ganaba 10 ó 12. A mi nadie me puede demostrar que Eric Gagné (ó Joe Nathan) no pueden hacer lo mismo hoy día.

Gardenhire manejo el bullpen de forma correcta al traer a Nathan con el juego empate, y al llegar el inning numero doce con el juego adelante, sus alternativas no eran espectacularmente mejores que Nathan.

Me explico: Gardenhire tenía hábiles a J.C. Romero, zurdo, y el novato Jesse Crain derecho. La entrada la abría Olerud, zurdo, y se puede argumentar que Romero debió abrir el inning contra el zurdo Olerud, y luego tirarle a los derechos Cairo y El Capitán Maravilla (Jeter) con un posible out en la entrada. El problema es que Nathan ponchó a Olerud, siendo este su séptimo retirado de los ocho bateadores a los que se había enfrentado en ese momento.

¿Me va a decir usted a mí que Joe Nathan no es capaz de hacer out nueve de diez veces a Miguel Cairo, no importa que este ultimo ya se haya convertido en el Luis Sojo (ó El Talismán, como le decía mi inolvidable amigo Tano Martino) del nuevo siglo?

Por supuesto lo que ocurrió es que Nathan perdió por completo el comando de su bola rápida, posiblemente fruto de la fatiga, y procedió a transferir consecutivamente a Cairo y al Capitán Maravilla, preparando el terreno para Alex Rodríguez. Nuevamente dirán ustedes que este era el momento para sacar a Nathan, pero no creo que fuera prudente de parte de Gardenhire traer al zurdo Romero contra Alex y Sheffield, dos derechos de gran peligrosidad, y que además acabaron este año a los zurdos. Y entonces, Jesse Crain, quien tiene muchísimo en la bola, apenas ha lanzado 27 innings en Grandes Ligas, y Gardenhire parece que no estaba dispuesto a correrse el riesgo con un lanzador tan inexperto.

El resto es historia. Alex le pegó el batazo a Nathan, demostrando una vez más la ineludible dependencia del béisbol de la ley de las probabilidades, pues se ve que el .248/ .346/ .439 de Rodríguez con hombres en posición anotadora este año, es simplemente una anomalía estadística que puede producirse en cualquier sucesión de eventos.

El caso es que El Imperio tiene aun mucha vida, y aunque Kevin Brown es una gran interrogante para el sábado, igualmente lo es Carlos Silva. La diferencia es que Brown va ante la modesta ofensiva de Minnesota y Silva ante los Yankees. Los Mellizos tienen presión en este juego, pues en caso de perder, su supervivencia dependerá de Santana y Radke con poco descanso, este ultimo en el Bronx.

Yo sigo pensando que Minnesota tiene buen chance de ganar la serie, pero mucho de ello depende del tercer juego.

Medias Rojas vs. Serafines

El ultimo juego de la temporada en Anaheim se jugó anoche. Pedro Martínez volvió a ser él mismo – o casi el mismo, el Pedro de 1997 al 2002 puede que se haya ido para siempre – y la mejor ofensiva del béisbol arrolló al mejor bullpen del béisbol, colocando a los Angelitos en una posición en la que tendrán que, um, encomendarse a los Angelitos para poder regresar de nuevo a Orange County.

Una vez más, los Medias Rojas conectaron doce hits, recibieron siete bases por bolas, conectaron cuatro extrabases (un jonron y tres dobles) no tocaron para sacrificarse y solo se robaron una base. Pero a pesar de todo ese mal béisbol y falta de hacer las pequeñas cosas, pudieron anotar ocho carreras y ganar. Realmente Boston ha sido muy afortunado en ganar los dos primeros partidos con ese juego letárgico y esperando el batazo grande y no moviendo corredores ni jugando agresivos. ¿Para qué hacer 17 carreras si se pudo haber ganado con ocho?

Suspiro.

En el lado de los vencidos Bartolo Colón hizo lo que pudo y aguantó a los Medias Rojas bien en seis entradas. El mal trabajo de Francisco Rodríguez y Brendan Donnelly, el fuerte de los Angelinos, es lo que lleva la serie a Nueva Inglaterra en la peor situación posible para Anaheim.

Kelvim Escobar fue el abridor más consistente del equipo en la temporada regular, y Anaheim tiene la ventaja en el matchup de lanzadores ante Bronson Arroyo, el asunto es que el juego es en Boston, y hay que ganar dos veces allí, y una tercera vez a Curt Schilling para llegar vivos al lunes.

Muy difícil.






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