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Saturday, October 18, 2003

La Serie Mundial del Centenario – Análisis 




A finales del mes de marzo, cuando en el programa radial “Lucky Seven en el Aire” los contertulios dábamos nuestras opiniones sobre la temporada de Grandes Ligas que se aproximaba, el Dr. Fernando Perez Ubiera nos señalo a todos y a los oyentes, que en su opinión al equipo de los Marlins de Florida había que tomarlo en cuenta en la división este de la Liga Nacional. Fernando basaba su análisis en que este era un equipo con un buen grupo de lanzadores jóvenes, además de una serie de bateadores, también jóvenes, capaces de apoyar ofensivamente a ese potencialmente bueno staff de lanzadores.

La idea de Fernando a mi no me pareció descabellada en lo más mínimo porque, de hecho, yo pensaba más ó menos lo mismo, pero recuerdo perfectamente haber señalado que el problema de los Marlins es que se quedarían cortos por que su outfield regular compuesto por Todd Hollandsworth, Jean Pierre y Juan Encarnación, yo no pensaba que iba a producir lo suficiente como para que Florida presentara una ofensiva por encima del promedio. Esa era mi opinión, y eso sin mencionar que el manager del equipo era Jeff Torborg, quien hace diez años había demostrado que no era capaz de dirigir en Grandes Ligas, y el dueño nada menos que Jeffrey Loria, cuya reputación entre algunos sectores es la de una especia de Angel de la Muerte mata-franquicias, enviado a Miami por Bud Selig y su camarilla a provocar lo que provocó en Montreal.

Bueno, hoy es 18 de octubre y me parece justo dar a Fernando el crédito por correctamente haber proyectado las habilidades de este grupo. No creo que Fernando en ese momento estuviera uniendo en su mente las frases “Marlins” y “Serie Mundial” en un mismo razonamiento, pero el Doctor acertó en su concepto acerca de este equipo. Felicidades.

Los señoriales Yankees de New York regresan a la serie después de una ligera interrupción de un año, y apropiadamente la franquicia que es sinónimo de Serie Mundial está presente en la celebración del centenario del evento máximo del juego.

Superficialmente se puede llegar a la conclusión de que este es un enfrentamiento desigual, y que los Mulos no deben de sudar mucho en el proceso de obtener otro titulo, pero el asunto es que los Marlins nos han hecho equivocar a todos repetidas veces a lo largo de los últimos meses, y yo ya no me atrevo a dar juicios definitivos, no sea cosa de que me pongan de nuevo en ridículo.

Ofensiva

Puesto que los Yankees lograron eliminar a los Mellizos relativamente fácil en la Serie Divisional, y gracias a Grady Little pudieron sobrevivir a los Medias Rojas, no me parece que se le haya puesto mucha atención al hecho de que la ofensiva del club no ha sido ni remotamente igual de productiva en los playoffs que como en la temporada regular.

Los Yankees anotaron 877 carreras en la temporada regular y su Average Equivalente (EqA) fue de un robusto .280. En los playoffs, en cambio, la ofensiva ha tenido toda clase de problemas. El OBP colectivo es de apenas .316, por lo que de los diez jonrones que han conectado hasta ahora, ocho de ellos han sido solitarios, y los otros dos con solo un hombre a bordo.

Esto es particularmente importante porque como muchos de ustedes saben, la ofensiva de los Yankees está basada esencialmente en poder de jonrones y paciencia. Esta no es una ofensiva diversa, los Yankees conectan pocos dobles, no dan triples y tienen poca velocidad en las bases en sentido general. De modo que, si usted le saca el jonrón de tres carreras a los Yankees, es probable que tenga mayor oportunidad de éxito.

Ante los Medias Rojas especialmente, los Yankees estuvieron tomando turnos muy pobres, y eso se verificó hasta en el ultimo juego con Pedro Martinez. Ante el pitcheo de Florida esto es algo que podría variar, porque el comando y el control no son precisamente las principales virtudes de estos pitchers. Los Marlins quedaron sextos en bases por bolas concedidas en la LN y hasta ahora en el playoff han caminado 3.76 bateadores por cada nueve entradas. Tome en cuenta que esa es una cifra alcanzada ante Gigantes y Cachorros, equipos no precisamente caracterizados por su paciencia en el home. De modo que, los Yankees pueden estar en posición de explotar esa falla de sus contrarios con mayor éxito que en sus dos series anteriores.

Una buena noticia para los Mulos es que Jason Giambi conectó dos jonrones el jueves ante Pedro, lo que podría significar un despertar del motor que mueve esta ofensiva. Los Yankees necesitan a un Giambi productivo, lo contrario es sinónimo de problemas para ellos. Un factor que no se puede pasar por alto es que al mudarse la serie a Miami los Yankees perderán uno de sus bates más importantes en Nick Johnson (.318 EqA) el jugador con el OBP más alto en el lineup .426, lo que representa un buen pedazo de la producción del equipo.

En cada una de las series en las que han estado envueltos los Yankees hemos recalcado – quizás hasta la saciedad – que una ofensiva que coloque la pelota en juego probablemente tenga éxito ante este equipo. Lo de la mediocre defensa de los Yankees es algo también que ya cansa de tanto que lo hemos mencionado, y esa es la causa por la que la ofensiva de Florida hace un buen match con la defensa Newyorkina. Los 978 ponches recibidos por los Marlins fueron el tercer total más bajo de la LN, y de hecho, ante un staff de abridores que implantó marca de todos los tiempos en ponches, como el de los Cubs, los Marlins se poncharon relativamente poco, siete por cada nueve entradas. Si este equipo fue capaz de poner la bola en juego ante el staff más ponchador de la historia, pues posiblemente lo hagan ante el de New York tambien.

Otro aspecto es el de la velocidad. Lo obvio es señalar la presencia de Juan Pierre y Luis Castillo en los dos primeros turnos y su habilidad para robar bases, pero este es un equipo que con una regularidad pasmosa alcanza la base extra. Siempre hay alguien que llega de primera a tercera con un sencillo, ó anota desde segunda con sencillo, ó convierte un sencillo en doble aprovechando el espacioso outfield del Joe Robbie Stadium.

Una vez más es preciso señalar la ausencia de bateadores zurdos de importancia en todo el roster de los Peces. El grueso del lineup es casi completamente derecho, aunque eso no significó factor alguno en las series ante los Gigantes y los Cubs. Claro está, falta de un bate zurdo significa que nadie aprovechará el corto right field del Yankee Stadium y la otra cara de la moneda, la versión recortada del valle de la muerte le espera a los bateadores derechos.

Ofensivamente la pregunta es ¿Quién podrá sacar mayor beneficio de la debilidad del otro? ¿Los Marlins con su velocidad en las bases y habilidad para poner la bola en juego a la defensa Yankee? ó ¿El poder y la paciencia de los Mulos contra los erráticos brazos Floridianos?

Pitcheo

Este es un aspecto del juego un poco complicado de analizar en la serie. A primera vista la profunda y experimentada rotación de los Yankees es superior, pero el asunto es que ambos staffs están agotados por ambas series al maximo en que participaron, y por el uso liberal de ambos managers de los abridores en rol de relevo dadas las circunstancias de las series. De acuerdo al calendario los matchups serán: Penny vs. Wells, Willis vs. Mussina, Pettite vs. Beckett y Clemens vs. Redman. Eso hasta el cuarto día. Reiteramos que los Yankees tienen la ventaja y si sus abridores logran salidas de calidad el juego es de siete innings, porque Mariano Rivera parece será usado para sacar seis outs por Joe Torre casi a diario.

Una de las mejores historias de esta post-temporada ha sido la forma de manejar el pitcheo por parte de Jack McKeon. El veterano dirigente ha hecho el caso del perro a las ridiculas etiquetas modernas que se le colocan a los lanzadores, y ha entendido que los playoffs son otra cosa. Cada uno de los abridores de McKeon ha lanzado como relevista en algun momento desde el inicio de los playoffs. Para el primer juego, de fallar Penny – que es posible – Carl Pavano entraría en el escenario desde el bullpen. En el segundo juego Dontrelle Willis, si las maripositas se lo permiten, podría ser importante ante un lineup con varios zurdos y ambidextros de importancia, y no acostumbrados a las engañosas mecanicas del novato.

En los bullpens la situación es mas ó menos la siguiente: Joe Torre solo confia en Mariano Rivera y posiblemente Jeff Nelson y Felix Heredia. La aspiración del capataz de El Imperio es que sus abridores le den siete innings y el entregarle la bola a Mariano. En caso de no ser así, Nelson se convierte en un hombre clave y en un posible gran dolor de cabeza para McKeon. Nelson devora a los bateadores derechos, de los cuales está lleno el lineup de los Marlins, y McKeon no tiene tampoco alternativas en la banca para revertir la ventaja del platoon en un eventual matchup en las entradas finales con Nelson. Repito que este aspecto será clave, sobre todo si los juegos son cerrados.

El bullpen de los Marlins es una copia del lineup en el sentido de que carece de lanzadores zurdos. Michael Tejera es el único zurdo en el bullpen, y uno no precisamente muy bueno. Quiere decir entonces que Torre puede contar casi siempre con la ventaja del platoon en las entradas finales, aspecto que al igual que el de Jeff Nelson puede resultar clave en un juego ó dos de la serie.

Básicamente McKeon confia tambien en tres relevistas, Uggie Urbina, Chad Fox y Braden Looper, ademas de Rick Helling para situaciones muy especificas del juego. No descarten la posibilidad de ver a Dontrelle salir desde el bullpen para enfrentar un bateador zurdo ó dos en alguno de los juegos en Miami.

Los Yankees tienen la ventaja en ambos lados del bullpen. La falta de bateadores zurdos de los Marlins significa que su corto bullpen no será puesto en evidencia y lo inverso, la falta de zurdos en el bullpen de los peces, resultará en matchups favorables para los Yankees casi siempre.

Pronostico

Los Marlins han desafiado la ley de probabilidades repetidas veces este año. Su condición de no favorito en ningún caso les libera de la presión característica de estos eventos. Desde el principio de la post temporada este fue un grupo de muchachos que salio a jugar pelota y divertirse, y a probarle al mundo que eran capaces de jugar contra quien fuera y ganarle. Corriendo el riesgo de ser simplistas, los Marlins han jugado mejor que los Yankees y que todo el mundo desde cuatro meses hacia acá.

Mi opinión es que será una serie cerrada, y estoy convencido de que los Marlins tienen oportunidad de ganarla. Este es un equipo con las herramientas para poder sacar ventaja a la principal debilidad de su rival – la defensa – pero también su rival está construido con las herramientas para sacarle ventaja a su debilidad, la falta de bateadores y lanzadores de relevo zurdos.

Con lo anterior ustedes pueden perfectamente deducir que pienso que los Yankees ganarán la serie, y eso es probablemente cierto. Ahora bien, nada, absolutamente nada de lo que hagan los Marlins de aquí a una semana me va a sorprender.

Friday, October 17, 2003

De maleficios y managers 

En menos de veinticuatro horas el ciclo de tragedias se completó. Tanto los Cahorros de Chicago como los Medias Rojas de Boston volvieron a transitar el camino tormentoso de la derrota, en su acostumbrado estilo, y la frase de “el próximo año” ya corre en las voces de toda esa sufrida grey.

Lo interesante es el paralelismo de ambos fracasos. Primero que nada vamos a estar claros en algo, Cachorros y Medias Rojas son dos cosas absolutamente distintas, cuya única cosa en común es que no ganan una Serie Mundial desde hace tanto tiempo que hay pocos seres humanos vivos que hayan sigo testigos presenciales de los acontecimientos.

Los Cachorros son los adorables perdedores, un equipo que ha durado una eternidad en la segunda división y para el cual el simple hecho de ganar más partidos de los que pierden constituye una hazaña en si misma. Sus seguidores están conformes con eso, con pasar una tarde en al monumento que es el Wrigley Field y con simplemente amar a sus Cachorros. Sus momentos de tragedia se pueden contar con los dedos de una mano – exactamente cuatro – y siendo objetivos pues solamente deberíamos incluir el 1984 contra los Padres, y lo que acaba de ocurrir hace apenas tres días.

Los Medias Rojas en cambio son el arquetipo de la tragedia. Una franquicia marcada por el error histórico de haber vendido a su máxima superestrella sin tener idea de que aquel hombre cambiaria de plano la historia del juego. Una franquicia marcada por la sombra de un maleficio que dicen algunos cargan desde ese instante en que Harry Frazee prefirió dar prioridad a una melosa obra de Broadway que a su equipo de béisbol. Los Medias Rojas, a diferencia de los Cubs, generalmente han sido competitivos, pero han tenido que vivir bajo la sombra de un enemigo infinitamente superior y exitoso, sobre el cual, muy raras veces, han logrado imponerse.

Este es un club cuyas tragedias son de proporciones épicas, cada una de las veces en que la gloria de la victoria y el triunfo que curará todo el sufrimiento está cerca, se producen acontecimientos inesperados y en la peor secuencia posible, como si alguna mano invisible se revolcara de placer al ver los rostros incrédulos, presa del asombro y la conmoción, de toda una franquicia y una legión de seguidores. Una legión de seguidores sofisticada y con una profunda inseguridad y duda interior por haber presenciado tantas veces imágenes como las de anoche.

Dusty Baker merecía haber terminado de la manera en que lo hizo el miércoles – él, no los Cubs y sus seguidores – sus debilidades como estratega datan de largo tiempo, y en los últimos dos partidos su manager rival lo ridiculizó en términos tácticos.

Baker – como comentamos en la ultima versión del blog – no removió del sexto partido a Mark Prior en el momento justo por el temor a que se repitiera la misma historia de la Serie Mundial pasada. Ese pecado le costó el partido, además del pecado de dejar a Prior tirar 50 innecesarios lanzamientos.

En el séptimo juego Dusty estuvo peor aun. Mientras Jack McKeon estaba bien claro en que al no haber mañana todo su staff de pitcheo tenía que estar preparado para cualquier situación, y de antemano diseñó su plan de utilizar a Josh Beckett si el partido – y el pennant – llegaban a estar en la línea, Baker no parece haber dedicado tiempo la noche anterior para pensar en ese tipo de escenarios.

No solo no previó la real posibilidad de que Wood se presentara inafectivo por la enorme carga de trabajo que ha soportado este año, sino que tampoco definió roles para sus abridores en caso de necesitarlos en ese juego. ¿Existe alguna razón en este mundo por la que Dave Veres, posiblemente el quinto ó sexto mejor relevista del club, haya lanzado por encima de Matt Clement en este partido?

No, ninguna. Clement tenía tres días de descanso y era perfectamente capaz de salir a hacer lo que hizo Beckett. El resultado es que Veres permitió el hit que dio ventaja de dos a los Marlins, y de esa forma Chicago vio como el pennant se le escurría de las manos como agua.

De igual manera Baker manejo mal su banca estando detrás en el score. Sustituir a Damian Miller por Tom Goodwin, e inmediatamente después traer de emergente a Troy O’Leary en el séptimo, tuvo como consecuencia perder a su mejor bate zurdo de la banca faltando ocho outs, y perder a uno de sus dos catchers por lo que Paul Bako no solamente tuvo que batear, sino que fue el ultimo out de la temporada. Luego de esto, y cuando el equipo lo que más necesitaba era corredores en las bases, Baker bateó a Randall Simon por Eric Karros luego de una base por bolas a Aramis Ramírez en el octavo. Simon, claro, se ponchó, tirandole a un pitcheo aproximadamente doce ó trece kilómetros a la izquierda de la zona de strike.

Y así se fueron las esperanzas de los Cubs, bajo la égida de un manager con una reputación enorme cuya inmunidad a la critica de su labor es asombrosa. Dusty merece crédito por haber podido ganar sacando provecho de jugadores veteranos en declive, sobre todo en los Gigantes. Pero en Chicago, su éxito es muy relativo. Cierto, el hombre estuvo a cinco outs de ganar el pennant, pero su gran merito es haber cruzado su vida con las de Mark Prior y Kerry Wood en el momento de su establecimiento como superestrellas del montículo, además de jugar en la peor división de su liga, en donde sus 88 victorias – la menor cantidad de los ocho equipos en playoffs – fueron suficientes.

Solo espero que para los fanáticos de los Cubs que el destino les brinde la oportunidad de estar tan cerca otra vez.

Por ultimo, los Medias Rojas también estuvieron a cinco outs de un pennant que parecía casi un hecho luego de los acontecimientos del día anterior y de la forma en que maltrataron tempranamente a su antiguo heroe Roger Clemens.

Pedro Martínez, luego de una primera entrada tambaleante y en donde no dio muestras de tener suficiente en la bola para parar a los Yankees, de repente apareció tirando su bola rápida entre 91 y 94 millas por hora, llegando incluso a alcanzar las 95, y de paso maniatando a los Yankees por seis entradas. Aunque no exactamente el Pedro de antes, la similitud era lo suficiente como para saborear el banderín en el paladar.

Entonces a Grady Little se le olvidó ser manager. El jonron de David Ortiz sobre David Wells le dio una ventaja de tres carreras a los Medias Rojas que parecía una montaña, y hasta ese momento Pedro habia permitido dos carreras en siete entradas – dos jonrones de Jason Giambi – pero recién se había sobrepuesto a serias dificultades en el séptimo cuando Karim Garcia y Enrique Wilson se le embasaron por hit. Luego del ponche a Alfonso Soriano para acabar el problema parecía que la noche de Pedro había terminado y que él sería quien reiría esta vez de ultimo ante los Yankees.

Pero Little no lo sacó, Martinez dominó a Nick Jonson para el primer out, pero luego en 0 y 2, una inexplicable selección de un lanzamiento alto en la zona ante Jeter terminó en doble al right. Pedro estaba gastado y probablemente las únicas personas en todo el planeta que no se enteraron fueron Little y el propio Martínez. No solamente Little dejó a Martínez lanzarle a los zurdos Williams y Matsui, sino que además le permitió lanzarle a un tercero, Jorge Posada. Todo esto con Alan Embree en el bullpen.

El resto es historia. Pedro, posiblemente en un exceso de confianza en sí mismo, colocó a su manager en una encrucijada innecesaria, encrucijada que su manager no tuvo el valor de enfrentar, y entre los dos dejaron escapar el pennant.

El Imperio, que aparte de extraordinariamente eficiente, oportunista y bueno, es tambien dichoso, vuelve al escenario que solo parece haber sido construido para ellos, la Serie Mundial, que casualmente está en su centenario, y a la cual Boston esperaba retornar a celebrar luego de haber ganado la primera exactamente hace un siglo.

En la Serie Mundial de 1975 el manager entonces de los Medias Rojas, Darrell Johnson, sustituyó en el séptimo juego ante La Gran Maquinaria Roja al lanzador Jim Willoughby – que había tirado tres ceros – por Jim Burton. Burton perdió el juego y la serie. Cuentan que todo el otoño y el invierno la pregunta que se hacían los habitantes de toda Nueva Inglaterra era ¿Por qué sacó a Willoughby?

Esta vez la pregunta será ¿Por qué dejó a Pedro?

Como dice el gran Roger Angell, “Otro verano que muere tarde en New England”.

Wednesday, October 15, 2003

Oh no 

Ayer fue un día complicado para mi y por eso tuve poca oportunidad de seguir a fondo los dos partidos de las Series de Campeonato, de la derrota de los Medias Rojas – o la victoria de los Yankees – apenas pude ver el septimo inning, y ya de antemano sabía que una buena parte del juego de los Cubs y Marlins me iba a ser imposible verla. Pero sí estaba seguro que sería testigo televisivo del primer pennant que ha visto la ciudad de Chicago en casi sesenta años.

En efecto, camino a mi casa me puse al tanto del score ( 3-0 Cubs en el sexto) vía los queridos amigos del Circuito Internacional Deportivo y su excelente transmisión radial (por cierto, de un par de años para acá a mi me da una nostalgia terrible, y me apena la casi total desaparición de las cadenas de radio) y simplemente me dije a mi mismo “todo va justo acorde con el libreto”, pues ustedes recordarán que en el blog habíamos pronosticado un escenario parecido al de anoche.

Como alguien que ha estado relacionado durante varios años, y además vive en la ciudad donde reside el más desafortunado equipo de béisbol profesional de América Latina, Las Estrellas de Oriente, debí estar prevenido de los demonios.

Primera del octavo, Cachorros adelante 3 por cero, un out, Mark Prior en la lomita, lanzando en velocidad crucero (tres hits y dos bases concedidas, seis ponches) y los alrededores del Wrigley Field más toda la ciudad de Chicago a cinco outs de la celebración más extraordinaria jamás vista en los alrededores ,Michael Jordan y los Bulls incluidos. De repente, la más horrenda secuencia de acontecimientos que le haya ocurrido a los Cubs en un juego importante desde 1929 (más sobre eso en breve) se desató.

Juan Pierre conecta doble al left

Luis Castillo bateando conecta un fly hacia la raya del left rumbo a las gradas, Moisés Alou parece tener oportunidad de capturar la pelota, pero de repente, la mano de un joven parroquiano aparece por encima del guante de Moisés y ninguno de los dos puede hacer la jugada. Las compuertas del desastre se abren.

Castillo negocia la base por bolas y el pitcheo de Prior es desviado moviendose Pierre a tercera

Iván Rodríguez pega sencillo al left anotando Pierre.

Miguel Cabrera conecta batazo por el short y Alex González, probablemente anticipando una doble matanza salvadora, hace un pobre juego de pies para faldear el batazo, y lo pierde. Bases llenas.

Derrek Lee pega doble al left anotando Luis e Iván y empatándose las acciones.

En ese instante yo ya estaba convencido no solo de que los Cubs perderían, sino de que lo harían en la forma más vergonzosa posible. El resto es historia, y no voy a abrumarlos con los detalles. Los Marlins anotaron cinco carreras más en la entrada y ante la cara de incredulidad y angustia de todo el Wrigley Field, los Cubs fueron retirados en orden las ultimas dos entradas y el pennant tendrá que esperar otro día.

Total, que es un día cuando se ha esperado cincuenta y ocho años.

Como es tradicional en las franquicias perdedoras, siempre hay un chivo expiatorio, y en este caso al pobre muchacho de los espejuelos y los audífonos se le va a pegar el San Benito de ser el “causante” de haber perdido un pennant que estaba en las manos. Pero en honor a la verdad, no hubo tal interferencia de parte del fanático – al menos técnicamente – y el verdadero villano de la película de horror de anoche fue Alex González, el de los Cubs.




No vamos a especular de si el doble play era posible, pues el batazo estaba muy a la derecha, pero por lo menos Iván bebió ser el segundo out en la segunda base, y la fisonomía del inning cambiaba completamente.

Mucha gente tiene hoy opiniones encontradas en cuanto al manejo del pitcheo por parte de Dusty Baker en ese octavo episodio. Una parte piensa que Prior no debió lanzarle a Lee, otros que sí, y otros tantos piensan que Kyle Farnsworth no era el hombre adecuado para la circunstancia, y que era momento para traer al “cerrador” Joe Borowski a sacar cinco outs a lo Mariano Rivera.

Consciente de que Baker no es precisamente un dechado de virtudes en términos tácticos, yo creo que su mayor pecado fue la inseguridad y la duda a la hora de tomar una decisión. Duda plantada en su mente por lo ocurrido en el sexto juego de la Serie Mundial hace un año, cuando con ventaja de cinco carreras por cero, sacó al abridor Russ Ortiz con dos corredores en las bases confiándole a su bullpen el campeonato. Eso no pasó, y Dusty ha tenido que vivir desde entonces con la duda en su mente y las criticas en cuanto a su decisión.

¿Estaba Prior de sacar? Posiblemente, pero recordemos que él dominó a Luis Castillo con el batazo en foul extraviado antes de transferirlo, y luego del hit de Iván Rodríguez, Cabrera conecto el batazo a González que debió ser un out por lo menos. A mi juicio la decisión que pudo costarle el juego a Baker y los Cubs fue tomada en el segundo juego, cuando inexplicable e innecesariamente Prior llegó hasta el octavo inning en un juego one-side a su favor. Digo esto porque ese descanso seguramente implicaba un Prior más fuerte para el juego de ayer y la posibilidad de completar el juego. Pero, al menos cincuenta lanzamientos superfluos de la segunda fecha, se reflejaron ayer con Prior tirando a un máximo de 93 y 94 millas entre el séptimo y el octavo en vez de su acostumbrado 95 – 97.

Tampoco estoy muy de acuerdo con la idea de que Farnsworth no era el hombre para traer en esa circunstancia. La pretenciosa idea de que por el hecho de haber salvado una cantidad de juegos saliendo de la nada Joe Borowski es una especie de Superman, pues yo no la compro. Farnsworth tiene un gran staff, poncha significativamente más bateadores que Borowski, y en la situación de anoche lo que se necesitaba era precisamente un pitcher al que fuera muy difícil ponerle la bola en juego. No resultó, pero el desenlace adverso de la estrategia no la invalida en este caso.

Para hoy los Cubs tendrán una situación muy difícil. Como ya comenté en un blog anterior, es no solo un enfrentamiento en contra de los Marlins, sino contra todos sus demonios. Wood es una carta de triunfo, en teoría, pero recuerden que en su salida anterior en el Joe Robbie en el tercer juego no estuvo precisamente imbateable. Y al igual que con Prior, es posible que ahora en un juego crucial haga falta que Wood llegue fuerte hasta un octavo o noveno inning, ojala que muchos pitcheos innecesarios hechos por Wood en las ultimas seis semanas no aparezcan en el momento menos indicado.

Un juego decisivo lo gana cualquiera, quiera Dios que para una sufrida fanaticada que el ganador sea su equipo.

Por experiencia, no me queda otra que estar de su lado. Yo he vivido esa situación varias veces con resultados muy tristes.

Monday, October 13, 2003

Peces, Beckett y un día de lluvia 

El ansiado pennant en Chicago tendrá que esperar dos días más, por lo menos. Josh Beckett se destapó con el juego de su vida, digno del de un lanzador casi con el talento de Kerry Wood, blanqueando a los Cubs con solo un par de hits permitidos y once ponches.

Por primera vez en toda la serie los bates de los Cubs lucen totalmente apagados. Aunque nosotros pronosticamos una serie de baja anotación, en realidad el primer score con esas características se produjo ayer domingo. Ivan Rodriguez, Mike Lowell y Jeff Conine proporcionaron las carreras de los peces con sus jonrones, algo que le hacia falta a Florida cuya ofensiva, después del primer juego, se ha ausentado casi por completo. Una pieza a destacar es el jovencito Miguel Cabrera, quien en un movimiento audaz de Jack McKeon estuvo bateando de cuarto, y estuvo en las bases tres veces (hit, base por bolas y hit by pitch) una de ellas delante del jonron de Lowell que decidió el juego.

Aparentemente lo que pronosticamos en al hacer el análisis de la serie tiene muchas posibilidades de ocurrir. Recordemos :

Cubs en seis. Los Marlins llegarán a un sexto juego en Wrigley para perderlo cerrado. Y en cualquier caso, aun queda Wood para el séptimo juego.

Y ese es el escenario para el martes. McKeon sacará de rotación a Brad penny quien ha estado horrible en los playoffs (11.42 de efectividad en 8.2 innings) y lo sustituirá por Carl Pavano quien no ha permitido carreras en 4.2 entradas de relevo en los playoffs.

Claro está que los Cubs siguen sentados en el asiento del conductor. Ahora van a jugar al Wrigley, y para los Marlins ganar tienen que pasar por encima de Mark Prior y luego de Kerry Wood, una hazaña que en estos momentos parece muy difícil de conseguir. Dicho esto, Chicago debe ser cuidadoso con salir perdiendo el sexto juego – mas aun con Prior lanzando – porque ellos serían entonces el equipo con la presión. Los Marlins ganaron una Serie Mundial hace seis años, y no son los favoritos de la serie, por lo tanto no hay mucho que perder de su parte, solo salir a jugar, divertirse y esperar un milagro. Los Cubs, en cambio, desde el preciso instante en que las cosas no le favorezcan, tendrán que enfrentarse a los demonios de 1969 y 1984, cuando estando adelante perdieron ventajas y el chance del pennant.


En el frente oriental, específicamente en Boston, un mal tiempo ya anticipado obligó a suspender el cuarto juego entre Yankees y Medias Rojas. Por supuesto, esto aprovecharon ambas novenas para seguir ventilando los vergonzosos acontecimientos del sábado, y de paso hacer algunos cambios que podrían afectar el resultado final de la serie.

¿A quien favorece la suspensión? Pues yo diría sin pensarlo mucho que a los Medias Rojas. El día libre remueve a John Burkett de la rotación - cuya presencia no era precisamente del halago de todos – por lo menos un día e inserta a Tim Wakefield, ganador del primer partido de la serie. Según Grady Little, si su equipo gana hoy con Wakefield, entonces Burkett lanzaría el quinto juego y el dirigente va a jugarse todas las canicas (all the marbles, you know) con sus dos ases en el sexto y quizás séptimo juego. De lo contrario, Lowe lanza el quinto y entonces Pedro el sexto.

El día extra le proporciona más descanso a Pedro y Lowe, lo cual es siempre bienvenido y por el otro lado – y no se que tan importante resulte esto al final – David Wells sale del escenario porque Joe Torre no piensa alterar el orden de la rotación, es decir que hoy va Mussina, luego Pettite y luego Clemens, si todo llega hasta entonces.

Lo de Wells lo digo por que como vimos en una edición anterior, Boston no es precisamente arrollador frente a abridores zurdos, y Wells acostumbra a lanzar bien en playoffs. Repito, esto podría no significar gran cosa – si me dan a elegir cien veces entre Wells y Mussina yo escojo a Mussina ciento una – pero yo creo que los Medias Rojas prefieren a Mussina que a Wells.

Ahora mismo el balance de la serie está del lado de El Imperio porque los Medias Rojas no han podido aprovechar diversas oportunidades de hacer carreras en los dos últimos juegos. Un claro contraste con los Yankees, que en su larga cadena de éxitos en post-temporada – pasado y presente – la característica que les define es lo increíblemente oportunistas que son. Haga memoria y pregúntese cuando fue la ultima vez que usted recuerda a los Yankees con oportunidad de hacer daño y no lo han hecho. Esta gente cuando huele sangre, pues bueno, hace gala de su fama de depredadores.

Los Medias Rojas necesitan, como es obvio, una victoria hoy de forma urgente. La pregunta de todos es ¿Cuándo es que esos bates empezaran a hacer daño?

Pedro Vs. Clemens, Part Deux, El Log 

Embriagado por toda la publicidad del segundo enfrentamiento de Pedro Martínez y Roger Clemens, decidí hacer una bitácora, ó un log, de los momentos más importantes del juego, ó simplemente de aquello que me llamara la atención. Hacer un log de un juego importante es entretenido, y considerado lo “movido”, por usar una palabra, que estuvo este tercer enfrentamiento de la Serie de Campeonato de la Liga Americana, pues ciertamente hubo unas cuantas cosas de que escribir.

Aquí está lo que salió.

4:15 PM : En la transmisión de ESPN están colocando el dato de lo dominante que fue la ofensiva de los Medias Rojas en Fenway este año, donde incluso ganaron la triple corona de los porcentajes (Promedio de bateo, Porcentaje de embasarse y slugging) de todos los equipos de la Americana en su casa. Me gustaría tener a mano que tal le ha ido a Clemens en la ruta este año.

4:17 PM : El lineup de los Yankees está en pantalla y casi se me salen los ojos al ver el nombre de Enrique Wilson en el, y no solamente eso, está bateando de abridor. Caramba, Joe Torre si que se ha tomado a pecho aquello de que Wilson le batea como quiere a Pedro, lo cual es cierto, pero yo no veo el punto de colocarlo de abridor. ¿Por que no mejor subir a Derek Jeter a primero y a Nick Johnson a segundo?, Wilson, aunque le bateé .600 de por vida a Martinez sigue siendo un bateador de .230 ayudado por un tamaño poco representativo de la muestra en contra de Pedro – como diría mi antiguo profesor de estadística en la universidad el Ing. Mario Liburd – y un ultimo punto es que Wilson jugará la tercera base por Aaron Boone, desmejorando la ya de por sí dudosa defensa del infield de los Yankees.

4:19 : Pedro domina a Wilson con elevado al center y gana el primer match de la tarde. Pedro – 1 ,Wilson y Torre – 0.

4:25 : Terminó el primer inning y el reporte es que Pedro no parece tener gran stuff, al menos eso no fue lo que enseño en la entrada. Usó la bola rápida solo un par de veces y anduvo entre 88 y 89 MPH. Básicamente trabajó a base del cambio y una curva muy pobre que Jeter devolvió a mil al leftfield. Su stuff estuvo mediocre, si no tiene comando perfecto hoy, no veo como evitará que los Yankees le anoten dos ó tres veces.

4:28 : Johnny Damon está de regreso en el lineup y rápidamente conecta un roletazo fuerte por tercera que Wilson no puede manejar, y que aunque fuerte, no hay dudas de que debió atrapar el batazo. Ya dijimos lo de la defensa y el lado izquierdo del infield de los Mulos luce horrendo esta tarde. Veremos si Boston lo aprovecha.

Walker la pega sobre el monstruo verde y hay hombres en tercera y segunda por Boston.

Nomar se poncha en 2-2, gran pitcheo de Clemens (splitter) y como siempre Garciaparra se colocó detrás en el conteo inmediatamente comprometiendo el turno. Garciaparra ha estado ausente de Septiembre hacia acá.

4:36 : Manny remolca dos con línea de hit al left sobre otro splitter de Clemens, buena pieza de bateo de Ramirez. David (Cookie Monster) Ortiz se poncha sin tirarle e inexplicablemente Manny estaba corriendo en 3-2 y el doble play es facil. Los Medias Rojas se acaban de salir de un posible gran inning, tal y como pasó en el segundo juego con Andy Pettite, con resultados desafortunados. Ojala para ellos la historia no sea la misma hoy.

4:45 : Posada conecta un doble sobre una bola rápida alta e inofensiva de Pedro, pero este ultimo se las arregla para dominar a Johnson por la vía de la vergüenza (1-3) con un cambio en 3-2, Matsui luego falla con elevadito a segunda base con una bola rápida alta en la zona de strike, a 89, pero bien localizada. Ahora hay que tener cuidado con Karim Garcia.

4:53 : ¡Se los dije! García conecta un sencillo suave al right con un pitcheo en los puños, le dio mal, pero con suerte. Soriano rompe el bate y se eleva donde Manny para acabar la amenaza. Cero ponches y tres hits permitidos en dos innings. Parece que hoy no la tiene, los Medias Rojas necesitan anotar al menos seis para ganar, yo creo.

5:03 : Pedro – 2, Wilson y Torre – 0. Wilson se poncha con bola rápida a 89 MPH.

5:04 : Otra curva que se queda colgando a Jeter y esta vez este la parquea detrás del Monstruo Verde y fuera del Fenway. ¿Cuál exactamente es el patrón a usar hoy contra Jeter? Varitek y Pedro deben revisarlo porque obviamente no está dando ningún resultado. Por cierto que Jeter tiene un pulgar lastimado, de modo que, ¿Por qué no atacarlo con bola rápida alta y adentro?

5:23 : Pedro transfiere a Posada abriendo el cuarto, ¿Mal indicio? Sí, Johnson conecta una línea en 2 y 2 por encima de Manny en el left para un largo sencillo, Posada a tercera y Pedro está en un problema grave.

Matsui conecta doble por el right sobre un cambio que se quedó alto, los Bombarderos se van adelante. Como me temía, en el momento que el comando no estuviera perfecto, Pedro iba a tener problemas.

5:29 : Oh, oh... esto se puede complicar, Martínez le lanza por detrás de la cabeza a Karim García y los ánimos se caldean en ambos lados. El arbitro advierte a ambos managers, y esto es un problema porque cambia el curso del juego para los lanzadores que con la advertencia pierden la parte interna del home.

Garcia se barre aparatosamente en segunda para romper el doble play y le dice varias cosas a Nomar, Walker y por supuesto a Pedro cuando va hacia el dogout. Me luce que aquí va a haber un lío pronto porque el hombre que lanza por New York es nada menos que el reputado caza cabezas de Roger Clemens.

5:34 : Pedro – 3, Wilson y Torre – 0. Wilson falla con fly a Walker en segunda, pero no importa, El Imperio está adelante en el juego, y ya el impacto de la presencia de Wilson en el lineup como abridor parece será intrascendente.

5:38 : Predecible. El Cohete le lanza pegado a Manny y se inicia el desastre. Ramirez va hacia donde Clemens pero entre David y otros lo detienen, ambas cuevas se vacían y hay empujones por todos lados. Ay Dios, aparentemente algo ha pasado con Don Zimmer que está tirado en el suelo, y lo que es peor, Pedro parece estar involucrado.

La repetición muestra que Zimmer se dirigió a Pedro y le tiró un puñetazo para golpearlo (¿?) al verlo abalanzarse hacia él, Martínez lo esquiva y lo empuja al piso. No importa lo que pase ó que Zimmer haya provocado todo, aquí el gran perdedor va a ser Martínez. Ya Rick Sutcliffe y Gary Thorne están crucificándolo en la transmisión de ESPN por haber agredido a un anciano.

Mi opinión sobre esto, y ojala y no perder la objetividad por el hecho de ser un admirador de Martínez, es que el único culpable e instigador de esta situación es Zimmer. El coach de los Yankees parece ser un genuino buen señor, pero el hecho de ser una figura “simpática, adorable y cool” que aparece en las pantallas de todos los televisores cada octubre, y con la cual Tim McCarver y Jack Buck se la pasan haciendo chistes e historias calidas cada una de las cincuenta ó cien veces que lo enfocan en un juego, no le da derecho a Zimmer a querer convertirse en el dueño del show y querer tomar la justicia en sus manos.

El tirarle a un bateador adrede es un hecho reprensible, y aparentemente la intención de Martinez fue esa con García. Ahora bien, las peleas, específicamente dirigirse al dogout contrario y perseguir a un jugador del equipo contrario con el propósito de golpearlo, es más reprensible todavía. Y el hecho de que esa acción sea protagonizada por un señor cuarenta y tantos años mayor que un atleta en plenitud de forma física, la hace casi inverosímil.

Fue muy lamentable el incidente, pero Zimmer fue a agredir a Martínez y este se defendió ESQUIVANDOLO y haciéndose a un lado sin represalias. Zimmer es un anciano, pero como ser humano no todo el mundo puede pensar eso en fracciones de segundos y usar el sentido común cuando al mismo tiempo te están arrojando un puñetazo.

Este juego perdió el lustre.

5:52 : Al igual que Pettite el jueves, Clemens se ha asentado después de un mal primer inning. Es el cuarto inning y ahora ha retirado diez de once.

6:12 : Pedro acaba de tirar su mejor inning en el sexto ponchando a Posada y Johnson. Los Medias Rojas todavia (ó mejor dicho, únicamente) tienen dos entradas más para anotar carreras antes de Mariano Rivera. Johnny Damon y el tope de la alineación batearán por Boston en este inning. ¿Ahora ó nunca?

6:16 : Damon deja caer un blooper al left y la cadena de retirados del Cohete se para en ocho. Walker recibe base por bolas, Clemens podría estar cansado, Heredia y Contreras se levantan en el bullpen.

Nomar luce horrible y Clemens lo poncha con tres lanzamientos. Un turno tirado a la basura por parte de Garciaparra que no parece ser el mismo pelotero. Cinco corredores ha dejado en las bases hoy.

Manny batea para doble play y termina la amenaza. En lo que a mi concierne, este juego es historia. Los Medias Rojas no supieron aprovechar a Clemens temprano y ahora fracasan en esta oportunidad de aunque sea anotar una carrera con hombres en primera y segunda sin outs.

6:31 : Pedro – 4, Wilson y Torre – 0. Por si todavía les interesa. Rolata por primera sin asistencia.

6:46 : Los Medias Rojas acaban de perder el partido en el séptimo inning cuando Trot Nixon batea para otro doble play terminando una amenaza, ya Mariano viene en el inning siguiente y el salvamento es casi automático.


Y, efectivamente, Rivera retiro casi sin sudar a los Medias Rojas los dos ultimos innings terminando el juego, 4 a 3, una derrota por una carrera para Boston.

Hasta ahora en la serie, la elogiada ofensiva de Boston ha estado ausente, y no han podido apoyar un trabajo, en sentido general, bueno, de su pitcheo.

Pedro tuvo un mal día en donde desde temprano se vio lanzando “al revés” dependiendo básicamente de cambio y curva, y paradójicamente enseñando la bola rápida en sus dos últimos innings. Probablemente una estrategia buscando guardar energías para el final, pero que no resultó. Este no es el mismo pitcher del primer duelo en 1999, eso es dolorosamente obvio, pero todavía es un gran pitcher.

El imperio tiene la serie en sus manos con el aparentemente desigual matchup entre David Wells y John Burkett para mañana.

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