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Saturday, October 25, 2003

Impro… 

Es sábado, tengo toda la mañana para escribir algo, pero en realidad no me inspira hablar de nada especifico, con todo y el sexto juego de esta noche, pero creo que de eso hablamos bastante ayer. Como hacen los músicos y cantantes a veces, voy a improvisar un poco, y cualquier cosa interesante que me venga a la cabeza, pues de eso les hablo.

Y dice:

· Resulta que la duda sobre los orígenes e identidad de Juan Pierre no es exclusiva curiosidad de los Dominicanos. Este articulo del Sun Sentinel da cuenta de cómo la comunidad Haitiana del Sur de Florida ha convertido a Pierre en su jugador favorito, y de paso les ha despertado un cierto interés por el juego de béisbol. Pierre confirma en la entrevista que en realidad el no tiene ascendencia Haitiana propiamente dicha, pero si 100% creole de Louisiana, que a fin de cuentas es casi lo mismo. Pierre es descendiente de africanos establecidos en una zona que fue dominada por el imperio francés.

Otra curiosidad del articulo es que Pierre se llama Juan porque el pelotero favorito de su padre, James Pierre, era nada menos que Juan Marichal.


· Las opiniones sobre la decisión de Jack McKeon de usar a Josh Beckett para esta noche aumentan, y superficialmente hay más opiniones en contra que a favor. Ayer yo dije que entendía el por qué de la decisión, pero que a la vez consideraba el riesgo alto. De todas maneras en los últimos años la estrategia de utilizar abridores con tres días de descanso en post-temporada no ha sido muy favorable para los managers. Desde los playoffs de 1999, cada vez que un pitcher ha tirado con tres días de descanso y su rival ha tenido el descanso completo han ganado 5, perdido 18 y su efectividad ha sido de 6.30.


· Probablemente a ustedes les pasó también que en su niñez – hablo de siete, ocho, nueve años – sin ninguna razón aparente le tomaron afecto a un pelotero, no precisamente estrella ni superestrella, y ese pelotero de repente se convirtió en su favorito.

A mí me pasó con varios, Tom Paciorek cuando jugó con el Licey (yo era bien pequeño), Bob Beall, también con el Licey (ya imagino que se han dado cuenta de un curioso patrón) y algunos otros. Pero en las grandes ligas mi pelotero favorito de niño era Lee Mazzilli, center fielder y luego primera base de los Mets. Quizás Mazzilli me simpatizaba porque en aquel tiempo usaba espejuelos, como yo, y además jugaba en el center, la primera base, era ambidextro y recibía muchas bases por bolas, que eran más ó menos los atributos de un servidor en su efímera carrera de beisbolista. Perfectamente tengo grabado en la mente el juego de estrellas de 1979, el cual vi por televisión en casa de mis abuelos maternos, juego en el cual Mazzilli fue clave en la victoria de la LN con un jonron de emergente y una base por bolas con las bases llenas para decidir el juego en extra innings.

En fin que, Mazzilli, quien hace varios años es coach de los Yankees será entrevistado por los Orioles para su vacante de dirigente. Ni hablar que mi deseo es que logre el puesto, aunque en realidad los Orioles están a varios años de ser competitivos. Mazzilli ha estado en el sistema de los Yankees por varios años, dirigiendo en doble A, y siendo el coach de primera y de outfielders los últimos cuatro años para Joe Torre. Torre fue el manager de Mazzilli en los Mets, precisamente en las tres buenas temporadas que este tuvo para los Mets a finales de los setenta, en una época en que el nativo de Brooklyn era el máximo ídolo de Flushing.

Suerte.


· Los Rojos de Cincinnati parece que ya han decidido quien será su nuevo Gerente General y no es el Dominicano Omar Minaya. Dan O’Brien, de 49 años y con una hoja de servicios de más de veinte, es el elegido por los Rojos. En la hoja de servicios de O’Brien figuran quince años en la organización de los Astros de Houston, en donde se le atribuye el logro de desarrollar la academia de los Astros en Venezuela (que ha producido entre otros a jugadores como Bobby Abreu, Richard Hidalgo, Johan Santana, Freddy García, Carlos Guillen, etc.) y con los Astros llegó a ser Director de Scouts y Desarrollo de Jugadores. A partir de 1996 se unió a los Vigilantes de Texas ocupando el puesto de Asistente del Gerente General.

En cuanto a Minaya, parece que de repente las posibilidades se le han reducido bastante al criollo. Los Mets le ofrecieron un puesto, pero no el de Gerente general, sino el de asistente del que parece será confirmado en el puesto, Jim Duquette (este es hermano de Dan Duquette el ex GM de Boston y Montreal, no lo confundan) Minaya de primera intención rechazó la posición, quizás esperando algún desenlace positivo en Cincinnati (él fue uno de los tres entrevistados por segunda vez junto con O’Brien y Wayne Krivski de Minnesota) que lamentablemente no ha ocurrido. La otra vacante abierta por el momento es la de Seattle, en donde el favorito es Mike Port hasta ahora, aunque eso puede cambiar. Aun así puede que se abran otras plazas en las próximas semanas. El nuevo grupo que compró a los Dodgers, encabezado por Frank McCourt, casi seguro despedirá a Dan Evans (y lamentablemente a Jim Tracy) y su sustituto será alguien de alto profile (¿Billy Beane?) y esa decisión puede que desate una mini reacción en cadena que abra una ó dos vacantes más.

Sobre Minaya yo nunca he hablado mucho, y creo que en el blog una vez hablamos de los Expos y le criticamos por la decisión de no subir jugadores de triple A cuando el equipo lo necesitaba. La critica resultó ser bastante injusta porque luego se descubrió que Bud Selig y su camarilla no querían incurrir en los gastos extras que implicaba subir jugadores de triple A, pero aun así, yo creo que al evaluar el trabajo de Minaya en Montreal no sé porque todo el mundo se vuelca en inmensos elogios.

No hay dudas de que la situación en Montreal es sumamente difícil por las ataduras económicas impuestas por los “dueños” del equipo, y que a pesar de eso el equipo ha sido competitivo los dos años bajo el mando de Minaya y Frank Robinson. Pienso también que ambos han hecho un trabajo bueno dadas las circunstancias. Ahora bien, el talento que logró colocar a ese equipo en esa posición no es precisamente un talento desarrollado por Minaya, sino más bien heredado por él del sistema construido desde la época de David Dombrowski, pasando por Dan Duquette y últimamente mantenido por Jim Beattie y Fred Ferreira.

Lo que es más, en las adquisiciones del 2002 de Bartolo Colón y Cliff Floyd, Minaya utilizó lo mejor que aun quedaba en la finca, para luego no recibir a cambio el mismo nivel de talento cuando se vio forzado a negociar a Floyd y Colon, como era obvio que sucedería. Incluso, su manejo en las reuniones de Gerentes Generales en el invierno pasado no fue el mejor en términos estratégicos. Minaya fue con la encomienda de cambiar talento de primera línea y caro (Bartolo Colon, Tony Armas, Vladimir Guerrero, Fernando Tatis, etc.) pero quiso negociar desde una posición de fuerza que no tenía en un mercado de más oferta que demanda, y por supuesto los resultados no fueron los esperados.

Me quiero curar en salud y adelantar que no tengo nada en contra de Minaya, a quien ni siquiera he visto nunca de cerca. Pero creo que, aunque sin dudas es un hombre de béisbol con mucho talento, no me parece que su labor con los Expos haya sido extraordinaria, como muchos piensan, ni me parece que el hecho de ser Dominicano y ser nuestro primer Gerente General le proporcione una especie de inmunidad para que su trabajo sea evaluado y analizado sin prejuicios.

Friday, October 24, 2003

Trauma en el Bronx 

Los duendes ó cualesquiera que sean los entes metafísicos que acompañan a los Yankees cada octubre parece que andaban de día libre ayer. En un mini-rosario de eventos de mala fortuna, al cual están muy poco acostumbrados los Yankees, se desenvolvió el quinto juego de la Serie Mundial, eventualmente ganado por los Marlins de Florida seis carreras por cuatro.

El shock inicial se produjo a la hora de anunciar los lineups cuando en el de los Yankees había dos ausencias notorias, Alfonso Soriano y Jason Giambi. En el caso de Giambi una rodilla que le ha estado dando problemas hace varios meses, simplemente no le permite poder jugar defensa mientras que a Soriano, el prolongado slump en que se ha sumido en los playoffs, simplemente colmó la paciencia de Joe Torre quien espera que un día en la banca despeje un poco al joven pelotero de San Pedro de Macorís.

Ya nosotros habíamos expresado en el blog que la presencia de Soriano en el primer turno hace tiempo que no se justifica y parece que Torre se ha convencido de ello - al menos por el juego de anoche - Lo que yo no me esperaba era que Soriano fuera removido del lineup por completo considerando que la alternativa es Enrique Wilson. Es obvio que Soriano ha estado muy inefectivo en el playoff (.206 /.250 /.279, Avg. OBP, SLG) pero no hay dudas que es chocante que sea sustituido por un bateador con un OBP y SLG de por vida de .296 y .358. de todos modos Torre consiguió lo que buscaba (en parte) con Wilson quien conectó sencillo y doble, este ultimo remolcando una carrera que puso las cosas bien interesantes en el noveno de los Yankees.

El segundo shock de la noche fue la súbita e inesperada partida del box de David Wells. El señor Wells, no precisamente un devoto de la frase mens sana en corpore sano vio a su espalda reaccionar de la peor forma posible al ser sometida a los “rigores” de intentar fildear un toque de bola de Juan Pierre. Al cabo de un inning Wells estaba fuera y Joe Torre con un grave problema en las manos ante la situación que todo manager detesta de tener que usar su bullpen en el primer tercio del juego. Sus opciones eran limitadas, José Ariel Contreras quien había hecho 26 pitcheos la noche anterior ó Jeff Weaver, que me parece no es precisamente una figura que Torre quiera ver cerca de un montículo en estos días.

Claramente la salida de Wells perjudicó a los Yankees cuyo relevo de emergencia, Contreras y Chris Hammond (quien hacia lustros que no tiraba una) permitieron las seis carreras de los peces, tres de ellas remolcadas entre el pitcher Brad Penny, y uno que había estado bateando casi como uno, Alex González.

Hay que resaltar que nuevamente los Marlins contaron con un excelente trabajo de uno de sus abridores, de nuevo esta vez Brad Penny. He aquí la labor de los abridores de los Marlins en los cinco juegos de la serie:







PitcherIPC
Brad Penny5.12
Mark Redman2.14
Josh Beckett7.12
Carl Pavano81
Brad Penny72


Como dicen en la canción de Plaza Sésamo “una de estas cosas no es igual a las demás...” y obviamente esa cosa es Mark Redman (más sobre él en breve) el resto han sido actuaciones sumamente sobresalientes, y superficialmente uno se vería hasta tentado a especular que con un poco de apoyo ofensivo los Marlins estarían hoy celebrando en South Beach su segunda Serie Mundial en siete años.

La gran pregunta, y el gran dilema de Jack McKeon es ahora ¿Quién lanza el sexto juego?
aparentemente ya la respuesta está dada y es Josh Beckett, con solo tres días de descanso.

A lo largo del playoff en este blog nos hemos volcado en elogios para Jack McKeon, que no hay dudas ha sido un elemento clave en el éxito de su equipo hasta ahora. Ahora bien, la decisión de adelantar la rotación estando en ventaja en la serie nos parece que es preciso analizarla por muchos ángulos.

El razonamiento de McKeon, que suena lógico, es el de preferir los hombres que han hecho el trabajo por aquellos que no lo han hecho, aunque ello signifique sacrificar un día de descanso para esos lanzadores y además correr el riesgo de una salida inefectiva de alguno de ellos precisamente por el tema del poco descanso. Las alternativas de McKeon son las siguientes:

· Abrir el sexto juego con Mark Redman : El punto medular de esta discusión gira alrededor de Redman. De Redman haber lanzado de forma efectiva no me parece que estuviéramos debatiendo quien debería lanzar mañana. Lamentablemente para los peces la realidad es que Redman no ha tirado bien en los playoffs (6.50 de efectividad en 4 aperturas y 18 entradas) y de hecho, entre agosto y septiembre Redman tuvo efectividad de 4.80 en 69.1 entradas, lo que quiere decir que estamos ante una muestra bastante representativa de alrededor de 87 entradas de inefectividad por parte del zurdo. Si tomamos eso en cuenta, no parece que McKeon tuviera otra alternativa que volar a Redman en su turno.

Una segunda opción habría sido el abrir con Redman y entonces tener a Beckett en el bullpen y traerlo al mínimo parpadeo, pero eso es casi lo mismo que abrir con Beckett de todas maneras, porque Beckett iba a tener que estar en el bullpen y posiblemente hasta calentar.

· La otra alternativa por supuesto es la elegida por McKeon, abrir con Beckett. Alterar el ritmo de un pitcher con un brazo acostumbrado a lanzar con cuatro días de descanso es bastante riesgoso. El ejemplo que se usa a favor de la decisión de abrir con Beckett es el de Curt Schilling y Randy Johnson en el 2001. Ciertamente los resultados fueron buenos, pero Schilling y Johnson son dos criaturas muy especiales. Desde el tope de mi cabeza, la ultima vez que un manager decidió adelantar una rotación en post-temporada estando en ventaja el tiro le salió por la culata. Me refiero a Tony LaRussa en la serie de campeonato de la Liga Nacional en 1996 contra Atlanta.

McKeon se ha pasado el playoff haciéndole el caso del perro a los roles convencionales, y por ello se ha ganado el elogio de mi parte. Pero, la decisión de adelantar la rotación en este caso a mí me parece un poco arriesgada. McKeon (a diferencia de LaRussa en el ’96) tiene argumentos para justificarla pero el riesgo que se está corriendo es considerable. Ello no significa que el resultado le sea desfavorable, pero ello tampoco justificaría la estrategia como tal.

Beckett ha tenido una carga de trabajo nunca antes experimentada por su brazo, y recuerden que cuando tiró frente a los Cubs en el séptimo juego su bola rápida no tenía la misma fuerza de la salida previa. Mi temor es que esa fatiga aparezca de repente mañana. El bullpen es clave para mañana y quizás el domingo, y no se sorprendan en que todo el mundo, a excepción de Penny, vea acción.

El riesgo es grande, aunque considerando como le han salido las cosas últimamente a McKeon...

Thursday, October 23, 2003

Beisbol después de la medianoche 

Es realmente difícil ser un hombre de trabajo y a la vez seguir la post-temporada. Como todos ustedes saben la televisión es la que manda, y la televisión entiende que el llamado horario primetime es el más conveniente para ellos vender publicidad a un precio más elevado, y en el caso de los que viven en Estados Unidos, abrocharse cientos de promociones de las “provocativas nuevas series de otoño” de FOX.

Todo el preámbulo anterior a lo único que quiere llevarlos es a comunicarles que a la hora del batazo de cuatro esquinas decisivo de Alex Gonzalez, pues, yo, um, yo estaba dormido. Como les dije, es difícil ser un hombre de trabajo y generalmente tener que acostarse después de medianoche viendo los juegos, y si como anoche el juego pasa de nueve innings, pues el asunto se pone grave. Aquellos que como un servidor deben levantarse antes de las cinco y treinta de la mañana para ir a su trabajo, se arriesgan a dormir menos de cinco horas lo cual no es bueno para el desempeño en la oficina, sobre todo después de tres días en lo mismo, como es el caso en punto.

En fin, que me lo perdí. Después que los Peces no pudieron anotar en el décimo embasando a su primer bateador del inning, nada menos que Jean Pierre, me dije a mí mismo que no había forma posible de que los Yankees perdieran este juego, después de ese espectacular regreso y después de dejar a Pierre como perico en la estaca en segunda base.

Pero poniendo un poco de orden lógico a la secuencia de acontecimientos, los Marlins contaron con otra destacada salida de uno de sus abridores, en este caso Carl Pavano, quien lanzó ocho magnificas entradas, y realmente merecía haber ganado el partido. Pavano concedió apenas una carrera con siete hits, y algo muy importante, no concedió bases por bolas ni jonrones. Como varias veces hemos mencionado en el blog, esas son las armas principales de los Yankees y si un lanzador es capaz de removerlas de su arsenal, tiene muy buenas posibilidades de salir bien en la misión.

En el mismo primer inning los Marlins anotaron las que en un momento parecían sus únicas carreras del juego. El gran Roger Clemens, otra vez con la carga emocional de estar lanzando posiblemente su ultimo juego de Grandes Ligas, lució excitado y con poca concentración, factores que contribuyeron a que el comando de su bola rápida desapareciera completamente.

Después de dos outs, Iván Rodríguez conectó hit al right, y vino entonces la gran confrontación entre El Cohete y el jovencito Miguel Cabrera. Clemens tiró – adrede – un pitcheo alto y adentro, cerca de la cabeza de Cabrera, quien se quedó mirando a Clemens con una mirada de rabia, asombro e intimidación, pero en la cual, a lo lejos, se dejaba ver que el chiquillo estaba ya pensando en cobrársela. El Cohete pareció haber conseguido su propósito cuando Cabrera hizo dos swings absolutamente horrendos e inofensivos para colocarse en el hoyo. Cabrera tomo el siguiente pitcheo (un splitter bajo que identifico excelentemente bien) y luego de un par de fouls le hizo swing a una bola rápida en la esquina de afuera desapareciendo la pelota sobre la verja del right field. Una extraordinaria pieza de bateo por parte de Cabrera, y una señal de lo especial que va a ser este pelotero. Un chico de 20 años, en una Serie Mundial, ante el mejor pitcher de esta generación, acabando de ser cepillado por un pitcheo adentro y que sea capaz de hacer un ajuste de esa magnitud en su swing para sacarla de jonron, repito, es alguien especial. ¿Albert Pujols?, Posiblemente.


Los Peces añadieron una más a la cuenta con tres sencillos consecutivos sobre un visiblemente perturbado Clemens, y luego de estar a un tris de salir explotado (incluso con Jeff Weaver ya en el bullpen) logró sacar de out a Alex Gonzalez. De aquí en adelante Clemens se recuperó - que ha sido un poco la historia de los abridores de los Yankees en los playoffs – pero la gran historia del juego fue el pitcheo de Pavano.

En el octavo Nick Johnson (bateando por Clemens), Soriano y Jeter fueron retirados por Pavano sin mayor dificultad, pero ya con 115 lanzamientos y Ugueth Urbina listo, Pavano había cumplido la misión.

Igualmente que como ocurrió en el primer juego (y de lo cual hablamos) Uggie decidió hacer las cosas interesantes presentándose de nuevo sin comando de su bola rápida y dependiendo básicamente de que los bateadores contrarios se fueran a buscar el cambio de velocidad fuera de la zona. Esta vez Urbina no sobrevivió. Después de un out Bernie Williams conectó hit al left, Hideki Matsui fue transferido después de estar en 1-2, Posada forzó en segunda a Matsui y en ese momento pareció que Urbina sobreviviría a su inflamable actuación, pero Rubén Sierra luego de ocho agónicos lanzamientos conectó el doble a la esquina del jardín derecho que empató el partido.

La magia de El Imperio dice presente una vez más.

Imagino que en ese momento una gran parte de ustedes, así como yo, estaba absolutamente convencido de que los Yankees ganarían el juego. Los Yankees no pierden un juego de extrainnings en una Serie Mundial hace generación y media (1964) y en su actual periodo de éxito bajo el mando de Joe Torre solamente una vez su pitcheo de relevo ha permitido carreras en un extrainning de playoff.

Chad Fox sustituyó a Urbina, cuya presencia ya no tenía sentido, en el décimo y se sobrepuso a un doble de Jeter después de dos outs. En la parte baja de la entrada Pierre recibió transferencia de José Contreras, y como ya dijimos, se quedó esperando remolque en segunda.

Es aquí cuando ya yo me voy a la cama.

Resulta que los Bombarderos montaron tremenda amenaza en el undécimo, colocando corredores en tercera y segunda y un out, que luego serían bases llenas. Braden Looper sustituyó a Fox y sacó un out clave ponchando a Aaron Boone y luego retirando al inofensivo bateador John Flaherty quien estaba jugando por Posada desde el noveno. Ya Torre había utilizado a sus principales hombres de la banca (Johnson, Sierra, Delluci y Rivera) y es imposible pensar que iba a traer a Enrique Wilson a batear por Boone, con todo y lo mal que este ha estado desde que llegó a New York. Flaherty, un horrible bateador, tampoco era sustituible por ser el único otro catcher en el roster.

El curso del juego parece haber cambiado en ese momento cuando los siempre oportunistas Yankees no pudieron traer un hombre desde tercera con menos de dos outs, y el escenario se preparó para el jonron decisivo de Gonzalez, quien por cierto ha sido lo más cercano a un out vestido de pelotero en los playoffs.

Los sorprendentes Peces lograron reponerse al trauma del noveno, cuando sus rivales parecían haber iniciado otro de sus patentizados regresos, y con ello aseguran que la serie regrese al Bronx para un sexto juego.

Hoy van los pitchers del primer juego, Brad Penny y David Wells. Ambos tiraron muy bien, uno de ellos, Penny, casi sorpresivamente. Los Marlins tuvieron, junto con los Gigantes, el mejor record frente a pitcheo zurdo de las Grandes Ligas este año, 26 ganados y 11 perdidos. Los dos zurdos de los Yankees los dominaron relativamente fácil en sus salidas, y ahí que ver entre hoy y el sábado si los bateadores pueden hacer los ajustes de lugar ante Wells y Pettite. La serie para los Marlins depende de ello.


Punto Extra

· Tal y como dije el martes en la radio, los Marlins, aunque no son precisamente un equipo con esas características, necesitan del jonron para poder ganarle a los Yankees. Mucho se ha hablado en los medios de cómo a base de velocidad y de las piernas de Juan Pierre y Luis Castillo, y de cómo avanzando corredores con fundamentos los Marlins han llegado a la Serie Mundial, pero todo ello es pura tontería.

¿Saben ustedes cuantas bases se han robado los Marlins en el playoff? Ocho, en catorce juegos. Lo que es más, han sido atrapados cinco veces para un pobre porcentaje de éxito de 61%, lo cual quiere decir que el corrido de bases les ha costado carreras en vez de proporcionárselas. Y para añadir al insulto, Juan Pierre, el buque insignia del estilo de juego agresivo de los Peces, tiene tres robos, pero cuatro veces atrapado en el playoff.

En cuanto al bateo de poder los Malins han conectado cuarenta extrabases, dieciséis de ellos jonrones, que no hay dudas han sido la clave en la mayoría de las victorias de Florida, especialmente frente a los Cubs.

Anoche se demostró de nuevo, jonron de dos carreras de Miguel Cabrera en el primero, jonrón decisivo de Alex Gonzalez en el undecimo. Ballgame.

La tendencia de los comentaristas y los medios en sobredimensionar el valor del estilo de juego que en ingles se llama “smallball” y desdeñar el valor del poder en sentido general, y el jonron en particular es uno de esos misterios a los cuales yo no le encuentro explicación.

Si los Yankees ganan es por la agresividad, los intangibles y la presencia de Derek Jeter, no porque conectan jonrones y reciben bases por bolas. Si los Angelinos ganan es por el juego agresivo de David Eckstein y Darin Esrstad y no por los jonrones de Garret Anderson, Troy Graus ó los tres que pego Adam Kennedy en la serie contra Minnesota, ó el de Scott Spiezio en el sexto juego de la Serie Mundial contra los Gigantes.

Ya basta, por Dios.


· ¿Se han fijado ustedes lo horrorosamente malo que ha sido el trabajo de los árbitros en los playoffs? En los dos juegos en Miami los árbitros han perjudicado a los locales varias veces. Anoche fue en un par de jugadas cerradas en primera, una de ellas un out claro a Hideki Matsui que el arbitro Ed Rapuano cantó safe. Y lo de la llamada de bolas y strikes es deprimente. Dos pitcheos exactamente iguales son llamados de forma diferente en el espacio de una entrada, contribuyendo a cambiar el flujo del juego porque los bateadores son victimas de esa inconsistencia. Hay personas, muy inteligentes, que opinan que el ojo humano es incapaz de distinguir consistentemente lo que es un strike ó una bola, y llegan tan lejos como a asegurar que más temprano que tarde este es un proceso que tendrá cierto nivel de automatización – como en la NFL – . Ya los primeros pasos se han dado con la implementación del QuesTec para evaluar a los árbitros, y si el trabajo de los mismos sigue siendo como el de estos días, pues la idea de las computadoras es hasta interesante.

· Muy emocionante la escena en el Joe Robbie anoche luego de la salida del juego de Roger Clemens. Es increíble como Clemens se está despidiendo y parecería que no se le ha dado la importancia que merece la situación. Claro, la forma en que el propio Clemens ha manejado el asunto ha contribuido. Pero cuando Cal Ripken se retiró le hicieron ceremonias en todos los estadios, y fue un acontecimiento (pongo a Ripken de ejemplo, pero lo mismo siempre ha sucedido con otras leyendas que se retiran) el mejor pitcher de esta generación dice adiós y ¿Ni siquiera una placa ó algo de parte del equipo ó el comisionado, ó alguien?

Repito que Clemens es un poco culpable por su ambigüedad al tratar el tema de su retiro. Pero me parece que con la escena de anoche, al salir del dogout a petición del publico, sus gestos, su cara, su lenguaje corporal, en fin que todo – lo que indicaba era una despedida.

Al igual que Notan Ryan, Clemens llegó como un power pitcher y se va como un power pitcher, y una de las causas por las que la mayoría no se cree lo del retiro, es precisamente esa. No existe ninguna evidencia que indique que El Cohete no pueda tirar uno ó dos años más a este mismo nivel.

De Clemens y su legado hablaremos con amplitud luego, pero fue un privilegio seguir su carrera desde el primer día hasta el ultimo.

· En otro orden, el béisbol invernal comienza la semana próxima y yo no he dedicado una sola palabra a hablar de eso. Los playoffs son la principal razón, y también el hecho de que por mis compromisos de trabajo yo no he podido seguir de cerca como andan los preparativos de los equipos y el torneo en sí.

Eso va a cambiar en los proximos días. Para la semana próxima espero escribir un análisis de los jugadores importados (las informaciones y los números que dan los equipos, por razones obvias, siempre son incompletos) y ver si puedo conseguir hacer unas sesiones de preguntas y respuestas con ejecutivos, jugadores, otros colegas comentaristas, etc.




Por ultimo con relación a la pelota local y nuestro status de trabajo como analista: lo primero es que, el rumor que alguien me contó circula en San Pedro de Macorís afirmando de que yo estaré trabajando para Azucareros del Este, no es cierto. Yo no he tenido contacto con ningún dirigente de ningún equipo local con nada que tenga que ver con ofertas de trabajo.

Eso incluye a las Estrellas de Oriente, de quienes hemos sido analistas desde 1996-97 y con cuya directiva tampoco hemos conversado. Ahora bien, alguien no relacionado directamente con el equipo y sí con las transmisiones con quien estuvimos en contacto durante el fín de semana, confirmó que regresamos al menos por este año, al staff de transmisión de las Estrellas.

De todos modos, yo repito que no hemos conversado con nadie de la directiva, y preferimos esperar que el anuncio sea oficial luego de la conferencia de prensa del próximo miércoles 29.




Monday, October 20, 2003

Los dos primeros días de la Serie Mundial 

El fin de semana inaugural de la Serie Mundial ha concluido con una división de honores, y como siempre ocurre cuando un equipo es no-favorito, los Marlins, aparentemente, han salido del Bronx con su principal objetivo cumplido, ganar uno de los dos partidos y remover momentáneamente la ventaja de la casa a los Yankees.

Los Marlins fueron muy afortunados en ganar el primer juego porque su ofensiva no produjo lo suficiente. Si bien es cierto que las tres carreras fueron manufacturadas con lo que se presume es su estilo de juego, los bates de los Peces no lucieron muy en forma en contra de David Wells, situación que se repitió anoche con Andy Pettite. Interesante, porque con esa alineación cargada de derechos, los Marlins tuvieron el mejor record frente a pitcheo zurdo de las mayores este año.

Los Yankees además dejaron una infinidad de corredores en las bases el sábado, no pudiendo en ningún momento conectar el batazo importante con corredores en las bases. En este sentido me parece justo darle crédito a los lanzadores de los Peces que sacaron los outs en los momentos importantes sin derrumbarse ante la presión del Yankee Stadium.

Andy Pettite despejó sus propias dudas de sí fuese capaz de poder lanzar de forma efectiva con poco descanso y silenció (aun más) a los bates Floridianos, apoyado además con el bombazo de Godzilla Matsui que definió el curso del juego en el mismo primer inning.

A continuación las notas de ambos juegos:


Primer Juego


Una de las grandes virtudes que debe poseer un manager, ó un líder cualquiera, no importa el área en que se desempeñe, es la capacidad de adaptarse a las circunstancias y cambios que le presenta el entorno. La habilidad de poder sacar provecho a los recursos escasos en un escenario no convencional es casi siempre una garantía de éxito.

En este sentido Jack McKeon se ha pasado la post-temporada dándole una cátedra de cómo dirigir, a sus managers rivales. McKeon no se ha atado a los convencionalismos a la hora de llegar octubre, y esa es una de las principales razones por la que está hoy jugando en la Serie Mundial.

En este primer juego se presentó una vez más una situación en la que McKeon estuvo perfectamente claro en que en un playoff el juego que importa es el de hoy, del de mañana hay que ocuparse mañana.

En el análisis que publicamos el sábado recordarán ustedes lo mucho que recalcamos la ventaja de los Yankees por la ausencia de lanzadores zurdos en el bullpen de Florida, y de cómo esos matchups favorables en el ultimo tercio del juego podrían ser diferencia en el desenlace de algunos juegos. En el mismo primer juego la situación se le presentó a McKeon.

Luego del sólido trabajo de más de cinco entradas de Brad Penny – más de lo que cualquiera tenía derecho a aspirar – en el sexto los Yankees parecían iniciar el regreso en el juego. Bernie Williams conectó jonron para acercar el juego a una carrera, inmediatamente después Matsui dio hit al right, y ya era evidente que Penny estaba agotado. Su perdida de velocidad y comando se arrastraban desde el quinto inning y de mantenerse en el box tendría que sacar de out al peligroso Jorge Posada.

Se supone que es aquí en donde los Yankees esperaban tener a los Marlins, ultimo tercio del juego, pitcher abridor agotado, entra el bullpen de derechos ante la devastadora batería zurda de los Mulos.

Pero Jack McKeon tenía una mejor idea.

Debajo de la manga el veterano dirigente tenía guardado a nada menos que el supuesto lanzador abridor del cuarto juego, Dontrelle Willis, que es por cierto zurdo. El novato procedió a retirar siete bateadores de los Yankees en forma sucesiva hasta permitir los hits seguidos en el octavo a Williams y Giambi, pero ya el juego estaba en el terreno de Ugueth Urbina quien ponchó a Posada para cerrar el inning y se sobrepuso a dos bases por bolas en el noveno culminando con el salvamento y la victoria.

No tiene gracia de mi parte decirlo ahora, pero les juro que cuando escribía el análisis del sábado estuve tentado a sugerir la posibilidad de que McKeon sorprendiera a todo el mundo y utilizara a Willis como relevista. Estuve a punto de sugerirlo porque es probable que en el escenario actual Willis tenga más valor táctico para McKeon en el bullpen y no en la rotación.

Willis ha sido un cuchillo frente a los zurdos este año (.216/ .293/ .307) dándole ventaja en el matchup ante los Yankees, y lo que es más, Willis puede ser utilizado para lanzar múltiples innings como hizo el sábado.

En la transmisión de ESPN Internacional Rick Sutcliffe y Gary Thorne se la pasaron alabando – con bastante justicia – la labor de Juan Pierre en el partido, pero el gran héroe a nuestro juicio fue Dontrelle Willis. Bueno, él, y su manager.

Punto Extra

· La ofensiva de los Yankees lucio horriblemente desajustada el sábado. A pesar de embasar un buen numero de corredores (14) apenas pudieron anotar dos carreras, debido principalmente a lo mal que estuvieron sus bates con corredores en posición anotadora, un hit en once turnos en total. Los Yankees, que parecen haber removido el doble de su arsenal ofensivo, conectaron ocho sencillos y lamentablemente para ellos el único jonron del juego fue el solitario de Bernie Wiliams. Reitero que los Yankees necesitan el jonron de Earl Weaver (el de tres carreras) para ganar partidos.

· Hay que dar crédito a David Wells por una buena apertura con poco descanso. Si usted desmenuza bien las carreras de los Marlins, no se ve el gran daño en contra del regordete lanzador zurdo. En el primer inning la velocidad de Pierre y el blooper de Luis Castillo – con el cuadro adelantado aterrorizados por la velocidad de Luis y la posibilidad de otro toque – se combinaron con un fly de sacrificio de Iván Rodríguez para una vuelta. Y entonces en la entrada del sencillo remolcador de Pierre (otra vez con el cuadro adelantado) si Aaron Boone en vez de cortar el tiro de Matsui y tirar a primera, tira al home, yo creo que Encarnación era out, y eso era una carrera menos que cambiaba la fisonomía del juego por completo. Irónico que el mejor jugador de la vilipendiada defensa rayada haya sido el del error, mental en este caso.

· ¿Me puede alguien decir en donde andaba perdida la bola rápida de Uggie Urbina el sábado? Urbina hizo una aventura de los últimos cuatro outs, y aunque ponchó a Posada en un momento clave en el octavo, estaba claro que no tenia ningún comando de su bola rápida y fue a base del cambio de velocidad que ganó la batalla. En el noveno fue un poco de lo mismo con las bases por bolas a Giambi y Ruben Sierra, colocando la victoria para los Yankees en base con solo un out. Pero otro horrible turno de Alfonso Soriano le arregló la noche a Urbina, y finalmente Nick Jonson falló una bola rápida elevándose a Pierre para terminar el juego.

· Hablando de Soriano y Johnson, Independientemente de lo que usted ó yo pensemos de Soriano como jugador, a mí me parece que está claro que Alfonso no es la mejor opción para ser el bateador abridor, de los Yankees u otro equipo. La única característica que podría hacer pensar en Soriano como primer bate es la velocidad, pero los aportes de ella se desvanecen completamente con su pobre control de la zona de strike.

El OBP de Soriano en los playoffs era hasta antes de la Serie Mundial de .255, con una base por bolas y 17 ponches en 45 turnos. Su presencia en el tope del lineup le está costando a los Yankees carreras, y es increíble como no se dan cuenta. Soriano estaría mejor bateando en el medio del lineup (incluso hasta de cuarto ó quinto en medio de Giambi y Wiliams) porque así se aprovecharía mejor su inmenso poder (no creen ustedes que esos jonrones abriendo juegos con los que rompió la marca de Brady Anderson hubiesen sido más utiles con Giambi, Williams ó ambos en las bases) y por otro lado se maximizaría la oportunidad de hacer carreras colocando a los tres bateadores con alto OBP (Jeter, Johnson y Giambi) en los tres primeros lugares de la alineación.

Claro, la posibilidad de que Torre haga caso de nuestra sugerencia es casi nula.


· ¿Por qué será que a la humanidad le resulta tan difícil aceptar que Derek Jeter es un mal shortstop defensivo? Rick Sutcliffe se ha pasado los playoffs justificando cada batazo que le pasa a Jeter a dos pies de su guante con la idea de que con el problema del hombro Jeter tiene temor de tirarse de cabeza a atrapar el batazo. Perfecto, eso suena lógico. El problema es que la única razón por la que Jeter tiene la necesidad de tirarse a atrapar esos batazos (y en las ocasiones que lo logra aparentando haber hecho una fantástica jugada, como contra Boston en la LCS) es por su limitado alcance y pobrísimo primer paso a la hora de marcharle a un roletazo. Ya la cosa esta llegando a un punto casi nauseabundo, ¿Cómo diablos usted puede contradecir lo que sus ojos están viendo día por día?

Segundo Juego

Ah, Earl Weaver. Tal y como habíamos hablado el sábado, los Yankees necesitan el jonron con gente en circulación para que su ofensiva funcione con todos los cilindros. Anoche en el mismo primer episodio los Mulos definieron el juego con el bombazo de tres carreras de Hideki Matsui y más adelante en el cuarto el de dos carreras de Alfonso Soriano.

Por supuesto, nada de esto habría tenido sentido de Andy Pettite no haberse presentado en la forma de anoche. Pettite estuvo a un suspiro de lanzar la primera blanqueada en Serie Mundial para un Yankee desde 1962 – cierto, yo tampoco lo creía al principio – y eso que el hombre estaba muy inseguro de que tan efectivo iba a ser su trabajo tirando apenas con tres días de descanso.

En mi opinión el juego se definió en el mismo primer inning, cuando ambos equipos tuvieron la oportunidad de establecer su ritmo de juego y tomar ventaja temprana, uno con éxito, el otro no.

Los Marlins implementaron un approach en el home de tomar muchos pitcheos en el primer inning, buscando quizás la forma de cansar más rápido a Pettite. Jean Pierre y Luis Castillo tuvieron turnos prolongados, llegando Luis a conectar infield hit por el short. Pero bateando Iván Rodríguez – en otro turno largo, los Marlins sacaron una jugada del libro de Grady Little y en un corrido y bateo tímido (el gran viraje de Pettite mantuvo a Luis todo el tiempo temeroso de despegarse de primera) Pudge se ponchó con Luis en movimiento, siendo este atrapado a media calle en el intento de robo que en realidad no fue tal.

Los Yankees en cambio se aprovecharon de un Mark Redman visiblemente inefectivo y sin comando, combinando una base por bolas (a Soriano, nada menos) un pelotazo, un hit y un jonron de tres carreras para irse adelante rápido tres por cero, y terminando esencialmente el juego.

Los Marlins de su lado abandonaron súbitamente su plan de juego del primer inning, y después de obligar a Pettite a tirar 21 pitcheos en esa entrada, procedieron a hacer swing temprano y Pettite solo necesito de 32 lanzamientos en las próximas cuatro. Ahí estuvo el juego.

Ofensivamente Matsui y Soriano aportaron los jonrones con gente en base, y lo que es más importantes, ambos batazos se produjeron después de dos outs, una marcada diferencia con lo que paso el sábado donde los Yankees batearon de 11-1 con gente en posición anotadora.


Punto Extra

· Los Marlins no han bateado los dos primeros juegos, y para que sus oportunidades de ganar la serie mejoren los Peces van a necesitar de algunos de los jonrones y dobles que conectaron en las series frente a Gigantes y Cubs, sobre todo en esta ultima. El Joe Robbie no es un gran parque para jonrones, pero los derechos tienen mejor oportunidad de conectarlos que los zurdos (ventaja: Peces) y el espacioso outfield debe contribuir a que los bateadores pongan la pelota en los canales y se aprovechen de unos jardineros con limitada movilidad y alcance como los de los Yankees.

· La utilización de Dontrelle Willis como relevista pareció indicar que Carl Pavano será el pitcher del cuarto juego. Pavano tiró un inning anoche, pero eso nada implica puesto que era el día que le tocaba tirar en los lados y solo hizo 21 lanzamientos.












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